Toros tlaxcaltecas de imponente catadura, bien criados y muy bien cubiertos de carnes de Rancho Seco, criados en Tlaxco, Tlaxcala por la legendaria Familia González Hernández.
Juego del ganado: 1o. Débil 2o. Complicado 3o. Bravo con buen lado derecho 4o punteada al embestir 5o noble y repetidor y 6o el lunar del encierro.
Abrió plaza el hidrocálido Fabián Barba vestido de solferino y oro, ante su primero lo vimos muy voluntarioso pero el toro era débil y poco tuvo que llevar a casa. Ante A su segundo lo recibió de rodillas en el centro del ruedo y le pegó tres largas cambiadas y usar el capote como se debe, toreando con elegancia y sapiencia. Le hizo un quite de nuevo bajo esas condiciones. Con la muleta el toro ya no tenía mucho gas y le costó mucho trabajo sacarlo de tablas y al lograrlo, pudo pegarle algunos derechazos meritorios a un toro que no transmitía emoción a los tendidos. Con voluntad, Fabián se jugó el pellejo entre los pitones del aplomado toro y realizó una faena muy larga pero entretenida. Escuchó un aviso antes de entrar a matar para pegar una aparatosa estocada y el toro lo levantó más de dos metros por los aires. Gran paliza le pegó. Con el vestido hecho jirones y un buen golpe en la cara dio vuelta con una oreja cortada con los dientes.
El segundo le correspondió al zacatecano Antonio Romero quien salió adelante y le pudo al complicado en turno. El toro se colaba por ambos lados, fue dominado aunque sin mucha elegancia. Entera caída que fue suficiente. Se retiró en silencio. Ante el quinto de la tarde, Romero se enfrentó a un toro de gran calidad que brindó a Genaro Borrego. Romero a fuerza de no estar muy seguido ante la cara de los toros, se vio falto de sitio, ante un toro que repetía sus nobles embestidas. La faena inició muy caliente y se le fue enfriando. Pegó un pinchazo y posteriormente una entera caída que fue suficiente.
El hidrocálido Gerardo Adame ataviado de un lúgubre vestido azabache con pasamanería del mismo color vio cómo le pegaban en exceso a su primero y aún así, el toro fue y repitió sus humilladas embestidas varias veces. Permitió un buen quite con Fabián Barba, superándolo. Cuando se le acabó la cuerda al toro cerró con ajustadas manoletinas que calaron a los escasos asistentes. Sin ánimo de ser crítico, quizás le sobró una tanda a la faena y una vara al toro, pero en fin, cortó merecidamente una oreja que paseó con una satisfactoria sonrisa que mostró orgulloso. Ante el que cerró plaza, el lunar del encierro. Gerardo no quiso quedarse atrás y salió a por todas pero se enfrentó al único toro que no tuvo lidia esta tarde. El toro nunca humilló y así fue imposible hacerle algo por más voluntad de Adame. Entera trasera y muy tendida que tardó en hacer efecto por lo que tuvo que hacerse valer con la espada corta, acertando al segundo golpe de descabello.
Tarde de toreros sin excesos a los tendidos. El lunes siguiente nos anuncian seis toros de San Marcos con tres rejoneadores aztecas y mano a mano entre forcados portugueses y mazatlecos.