Los Potros de Indianápolis develaron una estatua del quarterback Peyton Manning en una plaza afuera del Estadio Lucas Oil el sábado, en una ceremonia a la que acudieron cientos de aficionados.
Durante el acto, pronunciaron discursos el entrenador Tony Dungy, el ejecutivo Bill Polian –ambos miembros del Salón de la Fama- y el comisionado de la NFL, Roger Goodell.
Manning, cinco veces Jugador Más Valioso de la NFL cerró la ceremonia proclamando: "yo siempre seré un Colt". Lanzó al público balones autografiados.
La imagen de bronce muestra a Manning en su uniforme de los Potros preparándose para lanzar un pase. Y la ceremonia marcó una de las pocas veces en que el exitoso quarterback no estaba del todo preparado.
"Sigo revisando mi estado de salud para asegurarme que todo esté bien", declaró Manning a The Associated Press el viernes. "No estoy seguro de que se suponga que uno deba estar vivo para ver algo como esto".
Pero estaba vivito y coleando, y listo para festejar con más de una decena de ex compañeros de equipo el sábado.
El alcalde de Indianápolis, Joe Hogsett, y el ex gobernador de Indiana Mitch Daniels ofrecieron también unas palabras, al igual que Jeff Saturday, quien por mucho tiempo fue el centro de los Potros. Incluso el comediante David Letterman se presentó de sorpresa a lo que Manning nombró informalmente un evento protagonizado por gente de Indiana _con excepción de Goodell.
"Rendimos homenaje a Peyton por ser un tremendo embajador para su comunidad, nuestra liga y nuestro deporte”, publicó Goodell en Twitter tras la ceremonia.
Manning recibirá un reconocimiento de nuevo al ingresar al Anillo de Honor del equipo. Se convertirá en el primer jugador de la era de la franquicia en Indianápolis cuyo número haya sido retirado.
El mariscal de campo terminó su carrera como líder histórico de la NFL en yardas por aire y pases para touchdown. Ganó dos anillos de Super Bowl -uno con los Broncos de Denver- y un fijó un récord de la liga con cinco premios al Jugador Más Valioso.
Jugó 14 temporadas con los Potros, guiando a Indianápolis a dos títulos de la Conferencia Americana y a una victoria en el Super Bowl, por 29-17 sobre los Osos de Chicago a inicios de 2007. Fue elegido el más valioso de ese partido.