Michael Phelps, el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos, se animó a narrar unos de los capítulos más oscuros de su vida. El nadador, en una reciente entrevista con la CNN, contó cómo fue el día que pensó suicidarse.
Fue en octubre de 2014, dos años antes de sus últimos Juegos Olímpicos, cuando Michael Phelps recibió una suspensión de seis meses de la Federación Estadounidense de Natación. ¿Qué pasó? Fue detenido por conducir en estadio de ebriedad, un escena que ya había protagonizado antes.
"Era una bomba de tiempo a punto de estallar. No quería estar vivo, pensé que lo mejor que puedo hacer es simplemente no estar aquí", narró Phelps, quien se consagró en los Juegos Olímpicos con 23 medallas de oro, tres de plata y dos de bronce.
En tanto, el deportista afirmó que su familia y amigos formaron parte importante de su recuperación. "En ese momento, cuando estaba sentado en mi habitación, de donde no me moví durante cuatro días, tuve el apoyo de mis amigos y mis familiares más cercanos", aseveró.
"Lo que hice fue muy tonto, vamos a resolver esto. Sabía que necesitaba ayuda y que tenía que cambiar algo en mi vida. Estuve con tratamiento durante un par de semanas y, básicamente, me reconstruí a mí mismo", dijo.
Asimismo, el estadounidense dio detalles de cómo se fue dando el proceso de empezar todo de nuevo. "Tenía que ponerme de la mejor forma física posible, en especial porque tenía 31 años. Comer se convirtió en un trabajo. Hubo días en que estaba cansado y no quería comer, pero debía hacerlo, y cuando estás forzado, comer es doloroso", afirmó.
Por último Phelps manifestó que siempre se exigió al límite, y esa fue una de las claves para haber ganado tanto en toda su carrera como nadador olímpico. "Siempre soy duro conmigo. Cuando vi la repetición de los 200 metros de combinado individual, todo el mundo decía 'fue increíble' y yo les contestaba: 'Sí, pero no rompí el récord mundial'. Quería retirarme con 40 récords mundiales", concluyó.
Michael Phelps ganó cinco medallas de oro y una de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Un 'bestia' en el agua que entró para siempre en los libros de la historia del deporte mundial.