Además del Gullit Peña y Lalo Herrera en Rangers de Escocia, hay otros casos de jugadores mexicanos que llegan en pareja a un equipo en el Viejo Continente, o que en algún punto han coincidido en un equipo fuera de México.
De acuerdo a los antecedentes, la más exitosa fue la de Pavel Pardo y Ricardo Osorio, cuando ambos llegaron al Stuttgart tras jugar el Mundial de Alemania 2006. En su primera temporada en el futbol teutón, el conjunto suabo ganó su único título de Bundesliga en su historia, donde los dos futbolistas mexicanos fueron parte fundamental del campeonato, siendo Pavel el más destacado ya que llegó a ser capitán del equipo.
Hay casos en el que los mexicanos no llegan al mismo tiempo pero coinciden en algún club y lo hacen de manera satisfactoria: Andrés Guardado y Héctor Moreno en el PSV ganaron la Liga y la Supercopa de Holanda en la temporada 2015-2016. El Principito llegó en 2014 y el ahora jugador de la Roma, firmó con los granjeros en 2015.
En 2013, Héctor Herrera y Diego Reyes llegaron juntos al Porto y a los pocos días ambos ganaron la Supercopa de Portugal de 2013; posteriormente, Reyes salió del Porto para jugar a préstamo en la Real Sociedad en 2015 y con el Espanyol en 2016, mientras que Herrera permanece en el conjunto luso acompañado de Tecatito Corona y Miguel Layún, quienes llegaron en 2015.
Carlos Salcido y el Maza Rodríguez, también en el PSV, ganaron juntos la Supercopa de Holanda en 2008; Salcido llegó a Holanda en 2006 –y fue bicampeón de Liga- mientras que Rodríguez llegó dos años después.
También hay fracasos y basta recordar la conformada por Manuel Vidrio y Carlos Ochoa en el Osasuna. Ambos jugadores llegaron al equipo rojillo tras disputar el Mundial de 2002 a pedido de Javier Aguirre, quien asumió como entrenador de la escuadra de Pamplona. Los dos regresaron a México apenas un año después, con mucha más pena que gloria tras su paso por el balompié ibérico, ya que, por ejemplo, Ochoa solo disputó tres partidos y no anotó un solo gol.
Otra fue la conformada por Pablo Barrera y Efraín Juárez, quienes en 2011 llegaron juntos al Zaragoza, tras fracasar en el West Ham y el Celtic respectivamente; ambos también fueron pedidos por el Vasco, quien en ese tiempo era entrenador del conjunto maño. Pablo y Efraín no levantaron el nivel y un año después volvieron al futbol mexicano, mientras que Aguirre fue cesado.
Finalmente, Andrés Guardado y Omar Bravo coincidieron en el Deportivo la Coruña en 2008. Guardado llegó en 2007 procedente del Atlas, mientras que el delantero un año después y solo estuvo seis meses donde pasó de noche, al solo anotar tres goles con los gallegos.