El Allianz Arena se volvió un escenario hostil en el partido entre 1860 Múnich y Jahn Regensburg, por la promoción de la segunda división alemana (2. Bundesliga), certamen de ascenso de Alemania.
El elenco de 1860 Múnich no pudo sacar un resultado favorable en su segundo encuentro. En el primero igualó a uno frente Jahn Regensburg y terminó perdiendo la categoría. Esto provocó la furia de los aficionados muniqueses.
Todos los simpatizantes del 1860 Múnich arrancaron los asientos del Allianz Arena y los lanzaron al campo de juego en los minutos finales del encuentro. Hicieron lo mismo con las barras metálicas del escenario.
Los policías que cuidaban el recinto intentaron calmar a los fanáticos de los 'leones', quienes seguían lanzando objetos contundentes al gramado. El juego se paralizó por 14 minutos. Luego prosiguió y concluyó con la alegría del rival Jahn Regensburg, club que ocupará la plaza dejada por los del portugués Vitor Pereira.
De acuerdo con "Kicker", 1860 Múnich podría recibir una severa sanción por los desmanes ocasionados. Perdería la localía por primera vez en su historia y en el factor económico perdería seis millones de euros de patrocinadores y transmisiones por televisión.