En un juego de la liga escocesa, ocurrió un hecho insólito protagonizado por uno de los árbitros asistentes.
Cuando iba a realizarse un saque de esquina en el juego de Kilmarnock y el Dundee; el abanderado encargado de marcarlo se alejó del banderín y comenzó a vomitar. A lo cual, el central acudió para mostrarle la tarjeta roja en forma de burla.
Este curioso evento provocó el aplauso irónico de la afición, las risas de los jugadores y una anécdota para la historia de esta liga.