El domingo 4 de febrero de 2001, hace exactamente 23 años, el histórico tenista suizo Roger Federer, de apenas 19 años en ese entonces, concretaba su primer gran golpe al levantar su primer título ATP, en Milán, donde estrenaría su extenso palmarés compuesto por 103 trofeos.
Atrás había quedado su etapa como campeón mundial junior, sus inicios en el máximo nivel, en 1998, y sus dos primeras finales de ATP, ambas en 2000, cuando cedió ante su compatriota Marc Rosset, en Marsella, y frente al sueco Thomas Enqvist, en su Basilea natal.
Meses antes de cumplir 20 abriles, el elegante diestro arribó como el 27° del ranking mundial a la capital de la moda italiana, ciudad en que superaría de a uno a sus cinco rivales europeos hasta para coronarse en el torneo celebrado sobre carpeta sintética bajo techo.
En el repaso, el helvético sorprendió 6-3 y 6-4 al alemán Rainer Schuettler (48°) en el estreno, remontó 2-6, 6-3 y 6-4 versus el francés Cyril Saulnier (120°) en segunda ronda, y derrotó 6-4 y 6-4 al croata Goran Ivanisevic (123°), campeón de Wimbledon ese año, en cuartos de final.
De esta manera, Federer se abría camino a semifinales, instancia en que se toparía contra el único Top 10 del mundo presente en la competencia, el ruso Yevgeny Kafelnikov (7°), ex número 1 y dueño de dos Grand Slam, rival al que venció por 6-2, 6-7 (4) y 6-3.
El encuentro decisivo marcaría un punto de inflexión en su extraordinaria trayectoria, porque batallaría para superar 6-4, 6-7 (7) y 6-4 al francés Julien Boutter (67°), que solo gritaría campeón una vez en su carrera, escribiendo la primera página dorada de su laureado libro, repleto de logros, que lo sitúan entre los mejores de la historia del tenis.
En consecuencia, Federer alzaría el primero de sus 103 títulos, 20 Grand Slam, siendo solo superado en la Era Abierta por el estadounidense Jimmy Connors, que se coronó en 109 oportunidades, destacándose también a través de su desempeño con el combinado nacional, producto de dos medallas olímpicas, una dorada en Pekín 2008 y otra plateada en Londres 2012, así como la Copa Davis en 2014.
Pese a retirarse en 2022, producto de una lesión en su rodilla derecha, la consagración en Milán 2001 seguirá siempre en su corazón, porque sería su único torneo ganado en suelo italiano, abriéndole camino a muchísima gloria.