Lucho tenía 22 años; Roger, solo un año menos. Era ya la segunda vez que se cruzaban en el circuito. El primer cruce lo ganó el Suizo en pista dura. La revancha en polvo de ladrillo, entonces, debía ser gloriosa para el peruano. Y así fue.
La principal diferencia entre ambos no recaía en la edad -como está claro-, mucho menos en su capacidad física, pero sí en otros factores. Luis Horna ocupaba el puesto 88 del ránking ATP y llevaba casi un año en el Top 100. Roger Federer, por su parte, ya era el número 5 del mundo y se había afianzado entre las mejores posiciones de la clasificación por un buen tiempo.
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Además, aquel 26 de mayo del 2003 era la primera vez que Lucho jugaba en el cuadro principal de Roland Garros. No tenía ningún título en su cuenta. Roger sí, tenía el peso de haber llegado a tres finales de Masters 1.000 y ganado una de ellas (Hamburgo).
No solo eso. Unos meses antes, en el Masters de Miami, ambos habían medido fuerzas. El suizo supo imponer su superioridad triunfando en dos sets (6-2 y 7-5). Por tanto, su posterior meta en el ‘major’ francés era empezar con el pie derecho contra un rival que ya había vencido para encaminarse hacia su primera final de Grand Slam. Pero el peruano se lo impidió.
El favoritismo claramente estaba del lado de Roger Federer en París. Sin embargo, no tenía ningún motivo para confiarse. Al frente tuvo a un inspirado Luis Horna, que le hizo un partido fantástico -fenomenal- contra todos los pronósticos y le ‘batió la tierra’ como pocas veces lo han hecho en su carrera.
Era la primera ronda, pero para Lucho fue una final. Desde el comienzo, el peruano se mostró agresivo en su juego y, al pasar las 2 horas y 11 minutos de mucha pelea, pudo celebrar con el puño apretado y una satisfacción enorme reflejada en su rostro.
Sorprendentemente, Horna ganó ese choque en tres sets corridos con dos duros ‘tie-breaks’ incluidos (7-6, 6-2 y 7-6), en los que supo manejar la presión e imponerse a la emergente leyenda suiza.
“Estoy en la cancha central jugando y ganando mi primer partido en el Abierto de Francia, y el mes pasado mi hija, Luna, nació, así que las cosas están yendo muy bien para mí ahora”, expresó orgulloso el peruano.
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