Una sonrisa pícara y algo nerviosa lo delata. La cámara enfoca su primer plano y él, con 17 años encima y los rulos queriéndose escapar de la gorra que lleva puesta, tartamudea un poco, pero hace el esfuerzo por pronunciar sin trabarse y contar cómo es que vive a planitud su pasión por el surf. Es el año 2015, sigue en el colegio y aunque en casa le han advertido que es importante sacar buenas notas, la vida de Alonso Correa transcurre en el vértigo de las olas y el olor a océano de los wetsuit.
Es la primera vez de Alonso Correa en un set de televisión. Es el programa CMD y Carolina Román, la conductora, interroga al joven y entusiasta adolescente que acaba de coronarse campeón panamericano de surf. Los risos dorados y la piel excesivamente bronceada advierten su tiempo en el agua. Así ha sido desde los 7 años.
Foncho a lo Goofy
Alonso Correa nació el 3 de enero de 1998, el año en que Zinedine Zidane llevó a Francia a coronarse campeón del mundo y meses antes de que se funde Google. Sus amigos más cercanos y sus familiares lo conocen como “Foncho”, apelativo que lleva desde chico.
Augusto, su padre, fue quien le enseñó el mar junto a su hermano Sebastián, quienes desde pequeños empezaron a practicar el deporte de la tabla. Así es como empezó participando en campeonatos infantiles, hasta llegar muchos años después al World Surf League (WSL), el circuito profesional de surf más prestigioso del mundo.
El estilo que usa y que más prefiere para correr tabla se llama Goofy. Ese es el término técnico y es la manera menos usual de surfear, siendo lo normal que el pie izquierdo vaya delante del pie derecho. La postura le ha traído buenos resultados.
La disciplina en pandemia
Como a todos los deportistas, la pandemia en el 2020 frenó por completo su entrenamiento y las competencias. Durante meses tuvo que pasar encerrado en casa, ya que también se prohibió por algún tiempo el ingreso al mar. Cuenta Alonso que cuando estuvo obligado a cuarentena, se la pasaba entrenando en casa, con la ventana abierta y mirando al mar mientras hacía una hora de bicicleta estática para mantenerse en forma.
La sensación de no poder entrar al mar y apenas limitarse a contemplarlo, fue uno de los momentos más complicados de su carrera. Sin embargo, nunca se dio por vencido y en todo momento mantuvo el rumbo firme. Entrenar y mantenerse en forma físicamente era su objetivo y así lo hizo. La disciplina para el deporte es una característica que la lleva desde chico. Eso, además de su dedicación para siempre ser un poco mejor, lo sacaron adelante.
Este lunes, todo ese esfuerzo y dedicación deberán impulsarlo para vencer a Kauli Vaasr, su rival y favorito para llevarse la llave y pasar a la final, que se disputará hoy mismo, por la tarde. Alonso no tiene miedo, ya en el camino a esta etapa supo vencer a dos campeones del mundo. Y sigue adelante.
Doce tablas con la suya
De los 25 atletas peruanos que han sido parte de la delegación de nuestro país en París 2024, vemos que 18 de ellos cuentan con algún tipo de patrocinio deportivo. Ellos acumulan apenas el 2% de los 50 millones de dólares que se mueven anualmente en el Perú por concepto de patrocinio deportivo, según un informe publicado recientemente en este mismo diario.
Como es el caso de casi todos los deportistas, Alonso Correa no ha tenido el apoyo necesario para prepararse y competir con rivales de primer nivel. Pese a ello, a lo largo de los años se las ha arreglado para financiarse gracias a su familia y algunas marcas que lo apoyan. Para asegurarse de poder pelear por un lugar en el podio, Alonso partió un mes antes a Tahití, donde se disputa el surf olímpico, y así poder aclimatarse adecuadamente al estilo de las olas.
Para eso, él mismo se financió las doce tablas que llevó a competencia. “Estamos viajando con las Arakawa RP. Son buenazas para los tubos. Ya las probé y son 100% confiables. Van de 5′10 hasta 6′8. No sabemos lo que vamos a encontrar todavía y hay que ir preparado para todo”, contó al portal a Surf Place. Por ahora, le quedan 11 tablas, pues una se rompió en el primer día de práctica.
La primera gran apuesta
Corría el 2017, la marca Powerade contrata a la empresa Toque Fino para fichar a tres talentos con futuro en el medio deportivo. Eduardo Flores Melgarejo, CEO de la agencia de marketing deportivo, nos cuenta cómo es que captaron a Alonso Correa. “Powerade nos encarga fichar a tres talentos, que de alguna manera eran el futuro del deporte, te estoy hablando del 2027, nosotros hicimos una búsqueda súper fuerte e identificamos a tres talentos, que creo que dieron la talla años después. Fueron Andy Martínez, que sigue siendo el hombre más rápido del Perú; Coraima Gómez, una gran voleibolista ahora en Universitario, y Alonso, que tenía 18 años a lo mucho, pero obviamente habíamos identificado su gran talento”, cuenta Flores.
“Al final el tiempo nos dio la razón. Actualmente estamos muy contentos, Alonso está muy concentrado, con los pies en la tierra, y esperemos pues que nos pueda regalar una alegría a todos los peruanos que tanto lo necesitamos. Creo que todo esto, de alguna forma u otra, va a ayudar a que el surf en el Perú se consolide, que pueda servir para que más chicos, así como Sofía Mulanovich en el 2004, genere un fenómeno del surf nuevamente”, sentencia el CEO.
Actualmente la agencia Toque Fino representa a Alonso Correa, que para los Juegos Olímpicos de París 2024 solo contaba con dos patrocinios importantes. Siendo el tirador peruano Nicolás Pacheco quien más patrocinios tenía con un total de seis. Le seguían con cinco, Kimberly García (atletismo), Gladys Tejeda (atletismo), Lucca Mesinas (surf) y Daniella Borda (tiro).