Elena Mukhina, gimnasta de la entonces Unión Soviética, buscaba terminar con el ‘reinado’ de Nadia Comaneci, la deportista rumana que consiguió el primer 10 perfecto de esta disciplina en unos Juegos Olímpicos; sin embargo, su sueño terminó a los 20 años tras sufrir un grave lesión mientras intentaba hacer un ejercicio muy complicado que la dejó cuadripléjica.
La gimnasta nacida en Moscú que creció sin padres debido a que su progenitor los abandonó cuando era pequeña, su madre murió años después en un incendio, por lo que vivió junto a su abuela y la gimnasia fue su refugio.
Fue hasta los 12 años que fue elegida por un cazatalentos del club CSKA cuando visitó su escuela, y aunque destacaba de entre sus compañeras, no fue sino dos años más tarde cuando Mukhina mostró tener gran habilidad en este deporte al mando de Mikhail Klimenko, su entrenador, aunque era mayor exigencia.
Todos tenían la esperanza en que Elena sería la protagonista de esta disciplina y así arrebatarle la ‘corona’ a Comaneci, además de demostrar que la Unión Soviética seguía siendo una potencia en la gimnasia artística, la cual estaba siendo acaparada por las rumanas.
Por este motivo, Klimenko comenzó a ser aún más exigente con la joven gimnasta, a quien le empezó a meter elementos que hacían los hombres, estas nuevas prácticas comenzaron a tener sus recompensas cuando en el Campeonato Europeo de 1977, Elena superó a Comaneci, ganando la medalla de oro en viga y barras asimétricas, una plata en all around y bronce en salto.
El Salto Thomas, lo que terminó con su carrera
La presión caía sobre Elena Mukhina a un año de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, una justa en la que la entonces Unión Soviética quería obtener la gloria en esta disciplina, motivo por el cual su entrenador intensificó los ejercicios a la gimnasta, a quien le agregó en su rutina el famoso Salto Thomas.
En ese año, Mukhina sufrió una fractura en una pierna, por lo que tuvo que ser enyesada, pero en su intento por hacer que se recuperara en menos tiempo, la obligaron a que se operara.
A tan solo 15 días de la inauguración de los Olímpicos vino la desgracia, Mukhina se encontraba entrenando su rutina de piso y con la lesión de su pierna no obtuvo la suficiente altura que requería el Salto Thomas y al caer golpeó con el mentón en el suelo.
Con tan solo 20 años, el resultado de esta exigencia fue fractura de las vértebras cervicales, por lo que perdió la movilidad del cuello hasta las extremidades inferiores.
"Mi lesión podría haberse anticipado. Todos sabían que no estaba preparada para ese salto y guardaron silencio. Nadie se detuvo a decir que parara. Yo había dicho más de una vez que me iba a romper el cuello haciendo ese elemento. Me había hecho mucho daño varias veces, pero él (Mikhail Klimenko) simplemente me respondía: ‘Las gimnastas como tú no se rompen el cuello’", comentó Elena varios años después.
La federación rusa ocultó la gravedad de su lesión, solo informaron que se perdería los Juegos Olímpicos porque estaba recuperándose; sino que fue hasta un año después que se dio a conocer que había quedado cuadripléjica; aunque el organismo comunicó que ella trataba de hacer un ejercicio para el cual no estaba preparada.
Tras lo grave que era este ejercicio, se prohibió el famoso “Salto Thomas” en las rutinas de las mujeres; por su parte su entrenador no fue parte del equipo que asistió a los Juegos Olímpicos, donde la Unión Soviética sí pudo vencer a las rumanas.
Kurt Thomas, el creador del "Salto Thomas".
La gimnasta soviética lamentó en gran parte el no haber hablado sobre su sentir respecto a este complicado ejercicio, pues “fui estúpida. Lo único que quería era justificar la confianza que habían puesto en mí y ser una heroína”.
Elena Mukhina murió a los 45 años debido a las complicaciones de su parálisis, la cual sufrió por querer poner en alto el nombre de su país, la entonces Unión Soviética.
ZZM