Como si estuviera en el patio de su casa, Galilea Huertas entra y sale del Polideportivo 1 de la Videna. Conoce cada rincón del recinto, sabe dónde está cada elemento y camina con confianza como si fuera la dueña del lugar. Quién puede culparla cuando pasa siete horas diarias ahí de lunes a sábado con un solo sueño por delante: representar al Perú en unos Juegos Olímpicos.
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