La del "Peque" empieza a cobrar tintes de seriedad, porque el argentino ha llegado a ese escalón, su techo en un Grand Slam, sin haber cedido un set, con un nivel elevado de juego que entronca con la buena temporada sobre arcilla que está completando.
El argentino venció al italiano Lorenzo Sonego, 6-1, 6-3 y 6-4 y, más allá de la brillantez de su juego, parece que todavía no ha tenido que ir a buscar al fondo de su tenis para plantarse en esta ronda.
Desde que derrotó en Roma a Rafa Nadal, su nombre comienza a sonar como sinónimo de peligro y él mismo confiesa que ahora se cree sus opciones de derrotar a rivales que antes le parecían inalcanzables.
Schwartzman tuvo que recordar sobre la pista los cuartos que disputó en 2018 en París, cuando dominó a Nadal hasta que la lluvia paró el encuentro, que se reanudó con otro panorama y con el dominador del torneo intratable.
Ahora, Schartzman los jugará contra el austríaco Dominic Thiem, tercer favorito, finalista de las dos últimas ediciones y reciente ganador en el Abierto de Estados Unidos de su primer Grand Slam, pero que en su partido de octavos demostró debilidades.
Ante el francés Hugo Gaston, invitado por la organización de 20 años, 239 del mundo, tuvo que irse a cinco sets, tras transitar en dos perdido por la pista, un escenario que puede servir de fuente de inspiración para el "Peque".
Por ahora, se han enfrentado en 8 ocasiones, con seis triunfos para el austríaco.
Pero Schwartzman afronta el duelo con más confianza. "Le gané a Rafa en Roma con esa confianza, demostré que puedo ganarle, me lo demostré a mi mismo. Espero que tenga esa confianza y ese nivel contra Thiem", aseguró.
Confianza es también la palabra que más repite Podoroska, una tenista de 23 años, que ha vuelto a poner el tenis femenino argentino en el mapa, primera cuartofinalista en 16 años, desde que lo fuera Paola Suárez.
La tenista de Rosario, que se clasificó por segunda vez para el cuadro final de un Grand Slam a través de la fase previa, pero que no había ganado ningún partido hasta ahora en un grande, estará entre las 8 mejores del torneo, "un sueño" para ella, que atribuye el éxito a una mentalidad más adecuada.
Podoroska venció a la checa Barbora Krejcikova por 2-6, 6-2 y 6-3. "Me centro en mi misma, en mi juego, no pienso en el contexto, en todo lo demás", asegura la jugadora
Podoroska entró en el Abierto de Estados Unidos de 2017, pero no logró ganar un partido. Ese mismo año, en Roland Garros intentó meterse en el cuadro final por la fase previa ya en 2017, pero su partido inicial contra la checa Marketa Vondrousova apenas duró 37 minutos y solo ganó 21 juegos.
Desde que volvió a jugarse al tenis tras el parón por el confinamiento, ha ganado 21 partidos en arcilla y ya tiene 42 en lo que va de temporada en todas las superficies.
"No esperaba este resultado en Roland Garros aunque venía con mucha confianza, ganando muchos partidos. Ahora me siento feliz, contenta de como estoy llevando todo esto. Son experiencias nuevas para mi, me ha ayudado centrarme en cada partido, a no mirar el contexto, a centrarme en lo que hago yo cada partido", aseguró.
Su siguiente rival será la ucraniana Elina Svitolina, tercera favorita, que viene de ganar el torneo de Estrasburgo y que se impuso a la francesa Caroline Garcia por 6-1 y 6-3.