El Coliseo General Rumiñahui será mañana el escenario en donde el tercer tenista del ranking mundial, el suizo Roger Federer –para muchos el mejor de todos los tiempos–, se medirá en un partido amistoso con el alemán Alexander Zverev, séptimo de la clasificación.
Para este acontecimiento histórico el sitio donde se cumplirá la exhibición esa sometido a readecuaciones. Entre ellas, Rafael Beltrán, técnico de la compañía Novopan, es el encargado de armar la cancha de tenis en el escenario.
Beltrán explicó que para proteger la cancha original de básquet en el coliseo –que administra la Concentración Deportiva del Pichincha– primero se colocó una lámina aislante y encima 220 tableros de partículas resistentes a la humedad.
Cada tablero mide 25 milímetros de espesor y lleva un clip para ser empatado con los demás, de manera que la superficie adquiera la consistencia de un solo cuerpo.
Sobre esas protecciones, dijo Beltrán, irá una combinación de resina y arena lo que, para el técnico encargado de la cancha, permitirá que el juego entre Federer y Zverev se desarrolle bajo estándares internacionales (por ejemplo, que la pelota tenga un rebote perfecto).
La instalación de la cancha para que se juegue tenis estará totalmente terminada hoy. Abarcará un área de 650 metros cuadrados y estará pintada de color azul y en los extremos de color rojo, informó.
Beltrán manifestó que para la instalación y la pintura del campo de juego trabajaron ocho personas.
Una pausa en Chile
El partido de exhibición de Federer en Santiago, el miércoles anterior, es hasta el momento el único evento deportivo de interés internacional que se ha podido disputar en Chile luego de que comenzó la crisis el 18 de octubre pasado.
Los jugadores de la selección de fútbol, a la cabeza de Arturo Vidal (Barcelona) y de Gary Medel (Bolonia), decidieron suspender un amistoso ante Perú que debía jugarse la semana pasada en Lima “en atención al momento social que vive nuestro país”, indicó un comunicado difundido por la federación chilena.
Rodeado de un gran operativo de seguridad, Federer llegó en una de las jornadas más tranquilas desde que estallara la crisis social. Los gritos de “¡Roger, Roger!” desde las gradas donde jugó se mezclaron con el “¡Chile despertó!”, el lema de las protestas que nació en la plaza Italia, el centro neurálgico del estallido social. Pero hubo una tregua por el tenis. (D)