La fortuna no suele acompañar a Juan Martín Del Potro en su preparación de Roland Garros: el argentino llegó a la gran cita parisina, que arrancó el domingo, tras una reciente lesión que lo puso en duda hasta el último momento.
Las alarmas se dispararon la pasada semana en Roma, cuando tuvo problemas en su pierna izquierda durante el partido de octavos de final ante el belga David Goffin, por lo que decidió retirarse antes de acabar el segundo set.
El diagnóstico fue inmediato, "un desgarro grado 1 en el aductor izquiedo", según señaló el propio tenista albiceleste en las redes sociales.
Desde entonces ha tenido una rehabilitación a contrarreloj para estar en Roland Garros, donde el sorteo le deparó una primera ronda teóricamente cómoda, contra el francés Nicolas Mahut, que obtuvo una de las invitaciones (wild card) otorgadas por los organizadores.
En una conferencia de prensa brindada el sábado sábado, Del Potro se mantuvo como duda para el torneo y dijo que está haciendo un esfuerzo al tratarse de Roland Garros.
La Torre de Tandil sabe bien lo que es llegar a la gran cita de la capital francesa con problemas.
El año pasado ya estuvo en duda hasta la víspera del torneo, entonces por un problema en un hombro y en la espalda, que le había hecho abandonar en la segunda ronda del torneo de Lyon, unos días antes de Roland Garros.
Su preparación para ese torneo del año pasado ya había estado muy perturbada cuando tuvo que abandonar Europa de urgencia debido al fallecimiento de su abuelo.
Pese a todos los problemas, pudo jugar en el pasado Roland Garros y cayó en la tercera ronda frente al entonces número 1 mundial, Andy Murray, después de un partido memorable, de casi tres horas, en el que el público de la pista central Philippe Chatrier animó y trasladó su cariño al jugador argentino, con gritos de "¡Delpo, Delpo!" en varias fases del partido.
"Todo el mundo aprecia mi historia, estuve fuera mucho tiempo. Pienso que por eso me apoyan tanto. Me encantó lo que pasó en la pista", declaró entonces Del Potro, casi emocionado, después de la batalla.
Esa edición de 2017 había marcado para él su gran regreso a París después de un lustro de ausencia, coincidiendo con su pesadilla con las lesiones y su pérdida de competitividad.
El tandilense no jugaba en Roland Garros desde 2012, cuando cayó en los cuartos de final ante Roger Federer en otro partido para recordar, en el que Del Potro ganó los dos primeros sets y luego terminó viendo cómo su rival suizo remontaba el partido llevándose las tres siguientes mangas.
La resurrección de 2016
El hombre que logró ganar el Abierto de Estados Unidos en 2009 y que llegó a ser número 4 del ránking ATP a principio de 2010 vagaba por el subsuelo de la clasificación mundial hace poco más de dos años, incluso por debajo del puesto 1.000.
Pero 2016 fue el año en el que Del Potro volvió a ser Del Potro, con su espectacular segunda parte de la temporada, en la que consiguió principalmente la plata olímpica en Rio de Janeiro y ser el héroe en la primera Copa Davis de la historia de Argentina.
En el año 2017 ganó un título, Estocolmo, que ya había logrado un año antes, y en este 2018 tocó el cielo encadenando trofeos en Acapulco y luego en un Masters 1000, en Indian Wells.
En la temporada sobre tierra no pasó de la tercera ronda ni en Madrid ni en Roma. Su lesión hace que su participación en París, y sus expectativas allí si finalmente juegue, estén en el aire.
El mejor resultado de Del Potro en Roland Garros fueron las semifinales de 2009, donde cayó ante Federer.
Pero para emular esa actuación o poder soñar con devolver a Argentina la gloria en un torneo donde Guillermo Vilas se coronó en 1977 y Gastón Gaudio en 2004, habrá que ver hasta dónde aguanta.
SEGUÍ LEYENDO EN INFOBAE DEPORTES