La motivación no era sólo alcanzar su cuarta final en el circuito ATP para ir en busca de su segundo título oficial. En la semifinal que Diego Schwartzman le ganó al chileno Nicolás Jarry por 7-5 y 6-2 había un premio extra: el bonaerense se aseguró un lugar entre los 20 mejores del mundo en el próximo ranking.
Y si bien en la final de hoy frente a Fernando Verdasco (desde las 17 y por ESPN+), el premio mayor sería su segundo título ATP, una victoria ante el español también le permitiría dar un salto más en el listado de la ATP.
Con lo actuado hasta aquí en el torneo brasileño, Schwartzman se aseguró el 19º lugar, superando a Roberto Bautista Agut, Fabio Fognini, Andy Murray y Albert Ramos. Pero si hoy corona su gran semana con el título, también dejará atrás a John Isner y quedará 18º.
El duelo de esta tarde tiene un antecedente, y favorece al argentino. La única vez que Schwartzman y Verdasco estuvieron cara a cara fue en la primera ronda del ATP de Niza 2016, con victoria del Peque por 7-6 (5) y 6-1. Y mientras esperan la final, ya saben que en los próximos días volverán a verse las caras: el sorteo determinó que se crucen en la primera ronda del ATP 500 de Acapulco, que comienza este lunes.
¿Una previa de la Copa Davis?
La semifinal entre Schwartzman y Jarry, tuvo un condimento de fondo: probablemente haya sido una prueba del single que ambos animarían en la serie de Copa Davis que Argentina y Chile afrontarán en abril.
Pero ya tendrá tiempo para pensar en eso. “Falta mucho y serán otras condiciones, de local y con nuestra gente. Tenemos un gran equipo y esperamos mostrar el mejor nivel”, le dijo a Clarín al término del duelo en Río de Janeiro (un ATP 500 que se juega sobre polvo de ladrillo con 1.842.475 dólares en premios).
Por eso, ahora disfruta de haber mostrado un buen tenis, ese que exhibió en el ATP porteño pero donde no puso superar los cuartos de final. “Creo que jugué parecido a Buenos Aires, con la diferencia de que allá tuve un rival que jugó mejor que yo (el esloveno Aljaz Bedene). No tengo mucho para reprocharme por haber perdido en casa, incluso acá creo que todavía lo puedo hacer mejor”, comentó tras haber accedido a la final del Abierto de Río y en relación a la caída el pasado viernes en el Buenos Aires.
Ayer Schwartzman fue contundente cuando debió serlo. Y si bien el chileno (22 años, 94° del mundo) mostró intensidad y potencia, no logró estar fino. Y ahí fue cuando la experiencia de Schwartzman se vio plasmada: de siete chances de quiebre que tuvo Jarry, sólo aprovechó una. En cambio, el bonaerense logró quebrar el saque en cuatro de ocho ocasiones.
No fue el partido de mayor lucidez del Peque, pero encontró en la regularidad un punto clave para acceder a la final que hoy disputará ante el español Fernando Verdasco, vencedor del italiano Fabio Fognini 6-1 y 7-5.
Si bien los 10 puntos ganadores de Schwartzman no constituyen una cifra impresionante, en materia de errores no forzados fue superior. Sólo cometió 15, contra 39 del chileno. Un dato más: cuando el partido estuvo complicado para el 24° del mundo, Jarry le dio el punto del primer set con un smash que parecía simple pero que finalmente no superó la red.
Por eso, el nacido hace 25 años, y que buscará su segundo título en el circuito, analizó: “Cuando el rival es tan agresivo es difícil hacer muchos winners, y más con las condiciones de la cancha, que es medio lenta. La clave estuvo en pasar la pelota cada punto y así provocar el error”.
En el estadio Guga Kuerten jugará hoy, a las 17, la cuarta final de su carrera. Eso ya es un motivo para que Diego Schwartzman celebre.