El grupo F quedó ayer con un resultado inesperado que fue la victoria de México sobre la vigente campeona del mundo, Alemania, de manera que tanto Suecia como Corea del Sur buscaban una victoria que les permitiera dar un paso importante hacia los octavos de final, ya que todo está ahora más abierto de lo que parecía antes del inicio del campeonato. Por primera vez en mucho tiempo en un gran torneo, los nórdicos lo afrontaban sin su mejor jugador de los últimos tiempos, Zlatan Ibrahimovic. Aunque llegaban con el gran mérito de haber dejado fuera a Italia en la repesca de noviembre, y eran por tanto un rival a tener en cuenta. Enfrente, un clásico ya de estas citas de cada cuatro años, Corea del Sur, que siempre suele presentar equipos competitivos, ordenados y con varias figuras a las que ya conocemos de Europa.
Salieron los asiáticos más enchufados en los primeros diez minutos, haciendo valer su gran dinamismo para presionar muy arriba la salida de balón de los europeos, que trataban de hacerse con el control. Poco a poco ese ímpetu fue derivando más en un juego más agresivo, impidiendo en todo momento que los jugadores de más calidad de Suecia, como Emil Forsberg, entraran demasiado en contacto con el balón. El jugador del RB Leipzig no parecía tener su tarde, y cuando llegaba a su zona de influencia encontraba siempre varios rivales coreanos que le impedían filtrar un buen pase o trenzar una jugada de peligro. De hecho todo el primer acto fue un cúmulo de jugadas interrumpidas, muchas faltas y pocas jugadas de peligro por parte de ambos bandos.
Corea del Sur lo fiaba todo a transiciones rápidas, comandadas por Heun-Min Son o Hwang Hee-Chan. Para colmo, perdían en mitad del primer acto a Park por lesión, y tenía que entrar al campo Min-Woo Kim. Ya antes de ese cambio forzado, Suecia había logrado hacerse con el control y comenzó a disponer de las ocasiones más claras, especialmente por medio de Marcus Berg, que junto a Ola Toivonen era constantemente buscado con centros desde todas partes por sus compañeros. El jugador del Al Ain tuvo la oportunidad más clara del primer acto cuando se quedó solo ante Hyun-Woo Jo, que firmó con los pies la mejor parada que hemos visto hasta ahora en el Mundial. Una acción de auténticos reflejos, más propia de portero de balonmano, para desbaratar la ocasión más clara de Suecia. Dispondría Berg de otra y también Ola Toivonen de cabeza, pero el marcador no se movería.
El VAR vuelve a ser decisivo
La segunda parte discurría por los mismos derroteros, aunque Corea del Sur dio pronto un paso al frente en busca de más profundidad con sus llegadas al campo rival. Suecia intentaba elaborar un juego más pausado y aportar control, pero cuando llegaba a zona de tres cuartos sus futbolistas no conseguían meter esa última marcha que provocara espacios, jugadas de peligro. No inquietaban tanto los nórdicos a los asiáticos como en el final del primer tiempo, ya que en este caso apenas recurrían a los balones colgados, que si bien no eran estéticos sí resultaron efectivos en tramos de la primera parte gracias a la superioridad de los europeos en el juego aéreo. Aun así hubo ocasiones, se acumularon de hecho un par de peligro para cada selección, primero por medio de Koo para Corea del Sur, por medio de un cabezazo que se fue al lateral de la red. También apareció al fin Emil Forsberg con un disparo de fuera del área marca de la casa, con el que no acertó ante la meta de Jo
Un Jo que, antes de que el VAR fuera de nuevo decisivo, intervenía de nuevo de forma providencial para impedir el primer gol sueco. Nada, eso sí, pudo hacer en el penalti con el que el veterano Andreas Granqvist abría el marcador después de la intervención del VAR. Ya reclamaron los suecos otra pena máxima similar en el primer acto, pero esta vez el árbitro, que en primera instancia dudó de pitar penalti, se apoyó en la tecnología del vídeo para decidir ese castigo que el central del Krasnodar transformaba tirando de aplomo y veteranía. Cambiaba así el partido prácticamente en una acción aislada después de muchos minutos de poco juego y ocasiones.
Al final, Corea del Sur tocó a rebato, con un tramo final que fue un torrente ofensivo como no se veía desde los diez primeros minutos del choque. Al verse por debajo en el marcador, con poco tiempo por disputarse y después de la inesperada victoria de México, los asiáticos intentaron buscar a la desesperada el empate. Pero Suecia mostró su solidez tanto en los balones aéreos como en las opciones de juego directo que tuvieron los coreanos. Apretaron pero sin mucho éxito, y de hecho solamente Hwang tuvo una ocasión clara con un cabezazo que se marchó fuera. Al final, victoria de Suecia por la mínima que pone mucho picante a este grupo porque en la siguiente jornada los nórdicos jugarán ante una Alemania que ni siquiera puede permitirse empatar para tener opciones de revalidar su centro mundial.
MVP | Andreas Granqvist, un líder con aplomo
Difícil ha sido quedarse con un solo jugador hoy en este partido que no ha sido sin duda de los mejores del Mundial ni pasará a la historia con casi toda seguridad. La duda estribaba en el portero coreano, el sorprendente Jo, o bien el central Andreas Granqvist, autor del último partido y con quien nos hemos quedado al final.
Ya no solamente por su tanto, donde ha demostrado tener la confianza y tranquilidad que les faltaron a Lionel Messi o Cristian Cueva el sábado. Sino por su capacidad de liderazgo en defensa, e incluso en ataque en ocasiones, incorporándose a la fase ofensiva de su escuadra, saliendo jugando desde la defensa y, consciente de sus limitaciones, aprovechando su veteranía para frenar con pillería las jugadas de peligro de los coreanos.