Para muchos aficionados al fútbol y a la buena comida, Rusia es un territorio inexplorado. El Mundial brinda una buena oportunidad de conocerlo.
La cocina rusa tiene la reputación de ser demasiado pesada y poco imaginativa. Ello quizá fue verdad en los días del desabastecimiento en la Unión Soviética, pero una nueva generación de rusos en las subsedes de la Copa del Mundo combina influencias de toda Europa y Asia.
Asimismo, el pasado imperial de Rusia la convierte en un gran destino para encontrar platillos poco conocidos, procedentes de países vecinos. Es el caso de los estofados georgianos, con mucho condimento, o de las mezclas de cordero y arroz, típicas de Asia.
Tradición
En un país de clima frío, la comida es rica en ingredientes que serían imaginables en el invierno –-coles o repollos y tubérculos–, así como tartas rellenas de carne, papas o pescado.
La sopa de betabel o remolacha, conocida como borscht, es en realidad un platillo polaco y ucraniano, pero puede encontrarse en toda Rusia.
Otra sopa, schhi, está más vinculada con las tradiciones rusas. No hay que dejarse intimidar por el nombre. El repollo es el ingrediente constante, pero la carne, la cebolla y los hongos suelen aparecer.
En Kazán, una ciudad tradicionalmente musulmana, se encuentran delicias locales como el echpochmak. Se trata de dumplings o trocitos triangulares de masa rellenos de cordero, que constituyen el aperitivo local por excelencia. Hay locales que están reimaginando recetas rusas, trabajando con carnes de jabalí, venado e incluso oso.
Giro moderno
Durante años, la cocina rusa usó con moderación las especias, debido a su alto costo, pero ello comienza a cambiar.
Aunque el visitante vea que en un menú se le alerta de que cierto platillo es ‘picante’, no estará más condimentado que la páprika. Pero más restaurantes comienzan a experimentar con un mayor condimento. Aun así, la salsa picante no es un ingrediente común. Algunos platillos parecerán demasiado suaves para los fanáticos de la cocina mexicana o del sur de Asia. Desde luego, la mayoría de las grandes ciudades rusas cuenta con diversos restaurantes italianos o de sushi. Tampoco es raro encontrar un pub al estilo europeo, con hamburguesas de gourmet y cerveza artesanal. (I)