En medio del endurecimiento del control fronterizo en Estados Unidos, muchos viajeros —incluidos residentes legales y ciudadanos— se enfrentan a interrogatorios, revisiones de dispositivos y posibles detenciones al intentar ingresar al país.
Las medidas adoptadas en los últimos años, especialmente durante la administración Trump, han provocado un ambiente de mayor escrutinio y tensión en los puertos de entrada. Por ello, es clave entender cómo procede una detención según el estatus migratorio, y qué derechos se mantienen vigentes en estas situaciones.

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¿Cómo procede una detención fronteriza según el estatus migratorio?
Según Independent, el protocolo de detención varía de acuerdo con el estatus migratorio del viajero. Los ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes tienen garantizado el ingreso al país.
No obstante, pueden ser sometidos a inspecciones más estrictas si se niegan, por ejemplo, a entregar sus teléfonos para revisión. Solo están obligados a responder preguntas básicas sobre su identidad y el propósito del viaje.
En cambio, los extranjeros con visa o turistas no tienen asegurado el ingreso. Si se niegan a cooperar con las preguntas o no siguen las instrucciones de los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), podrían ser devueltos. Los expertos recomiendan responder con sinceridad, tener los documentos en regla y evitar conflictos que puedan complicar su situación.
También se aconseja limpiar previamente los dispositivos electrónicos, eliminando contenido sensible o que pueda ser malinterpretado. Cabe recordar que los agentes solo pueden acceder al contenido almacenado directamente en el equipo, no en la nube. Si retienen el dispositivo, el viajero tiene derecho a solicitar un comprobante del incidente.
¿Qué derechos tiene un inmigrante en una detención?
Aunque los derechos constitucionales se limitan en el entorno fronterizo —dentro de un radio de aproximadamente 160 kilómetros—, siguen existiendo protecciones básicas que todo viajero debe conocer.
Por ejemplo:
- Nadie puede ser arrestado sin una causa probable, ni detenido sin una sospecha razonable.
- Los inmigrantes, excepto turistas, pueden optar por guardar silencio si están acompañados por un abogado.
- Las preguntas sobre religión o ideología política pueden ser rechazadas por ciudadanos y residentes, aunque en el caso de visitantes, negarse podría significar la pérdida del derecho a ingresar.
Si una persona siente que está siendo víctima de discriminación racial, religiosa o ideológica, puede presentar una queja formal ante el Departamento de Seguridad Nacional. Aunque no siempre se garantice una solución inmediata, constituye un primer paso para ejercer sus derechos. Además, contar con el número de un abogado de inmigración puede ser vital en situaciones prolongadas o irregulares.