En medio de un clima de cuidado y protección con los inmigrantes, dos condados de Nueva York ha tomado la decisión de colaborar con El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE). Pese a las políticas de protección impulsadas por la gobernadora Kathy Hochul, Rensselaer y Nassau han optado por apoyar las normas de deportación, desafiando así la postura estatal. Este fenómeno refleja una división en la percepción de la inmigración en el estado, donde la seguridad y los derechos humanos chocan en un contexto complejo.
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Dos condados le dan la espalda a los indocumentados y se unen a ICE
Rensselaer y Nassau han tomado una postura activa en en la lucha contra los inmigrantes indocumentados y se han unido a ICE. Rensselaer se unió al programa 287(g) en 2018, dando el permiso a los agentes locales recibir capacitación en leyes migratorias y colaborar en la detención de personas sin estatus legal.
De su parte Nassau ha ido más allá, destinando 50 celdas exclusivas para personas con órdenes de deportación y asignando detectives para realizar arrestos fuera de las instalaciones carcelarias. Las autoridades locales argumentan que estas medidas son necesarias para combatir un aumento de crímenes graves, como violaciones y robos organizados, en una región donde pandillas transnacionales han generado temor en la población.
Los líderes de Rensselaer y Nassau sostienen que la seguridad de la comunidad está en riesgo. El ejecutivo del condado de Nassau, Bruce Blakeman, ha manifestado que la cooperación con ICE responde a un aumento de delitos violentos, que, según él, son perpetrados en su mayoría por inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales. Esta postura resalta la preocupación sobre la relación entre la inmigración y la seguridad pública.
Gobernadora rechaza acciones de Rensselaer y Nassau
La gobernadora Kathy Hochul ha expresado su desacuerdo con las decisiones de estos condados, defendiendo las leyes santuario y limitando la cooperación con ICE, especialmente en casos donde los inmigrantes no tienen antecedentes penales graves. Hochul argumenta que es fundamental crear un entorno seguro para los inmigrantes, donde no tengan que temer ser arrestados y deportados.