En un giro que ha dejado a muchos sorprendidos en el país norteamericano, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está a punto de firmar una orden ejecutiva que, de ser aprobada, marcaría un hito histórico: el inglés se convertiría en la lengua oficial de Estados Unidos.
Según confirmaciones de The Washing Post, el mandatario ha decidido dar este paso para, según él, promover la unidad y mejorar la eficiencia del gobierno. Sin embargo, esta medida podría tener repercusiones más profundas, especialmente en el contexto de la creciente tensión migratoria en el país.
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Trump impondrá el inglés como lengua oficial de Estados Unidos
Con base en lo señalado por Noticias Telemundo, durante los casi 250 años de historia de Estados Unidos, el país nunca ha adoptado una lengua nacional a nivel federal. En su vasto territorio, se hablan cientos de idiomas, producto de la larga tradición de recibir inmigrantes de todo el mundo.
Sin embargo, según CNBC, la orden ejecutiva que Trump está a punto de firmar eliminaría un mandato establecido bajo la presidencia de Bill Clinton, que obligaba a las agencias gubernamentales a ofrecer asistencia lingüística a todo ciudadano no hablaba inglés.
Por su parte, Negocios TV expresa que esta medida también exige que los solicitantes de naturalización demuestren dominio del inglés y que las ceremonias de ciudadanía sean realizadas en aquella lengua.
¿Cómo se sitúa la imposición del inglés como lengua oficial en el panorama migratorio?
La medida tiene un trasfondo que no pasa desapercibido: la creciente preocupación de Trump por la inmigración ilegal. Desde el inicio de su mandato, el presidente ha hecho de esta lucha uno de los pilares fundamentales de su política, prometiendo llevar a cabo la mayor operación de deportación masiva en la historia del país.
En su reciente campaña presidencial, Trump no dudó en señalar que los migrantes que no dominan el inglés están afectando a comunidades como Springfield, Ohio. Uno de los puntos que más preocupa al mandatario es la dificultad de los estudiantes migrantes para comunicarse en las aulas, lo que, en su opinión, obstaculiza su integración y el aprendizaje.
Estas declaraciones no son una sorpresa, ya que el jefe de Estado ha reiterado en varias ocasiones su preocupación por los "idiomas extraños" que están llegando al país. "Tenemos lenguas que llegan a nuestro país. No tenemos un instructor en toda nuestra nación que pueda hablar ese idioma", expresó el presidente el año pasado.
Con una lengua base, la comunicación será más sencilla. No obstante, la medida de imponer el inglés como lengua oficial sigue generando un debate que va más allá del idioma. Si bien podría unificar el país bajo un idioma común, pero también plantea desafíos para las comunidades inmigrantes que dependen de otros idiomas.
Este cambio podría redefinir la integración de los inmigrantes, mientras que la diversidad lingüística de Estados Unidos se enfrenta a nuevas tensiones en un contexto migratorio cada vez más polarizado.