Una recurrente duda sobre el Seguro Social es ¿qué ocurre cuando uno de los beneficiarios fallece? Cuando una persona que recibe beneficios del Seguro Social fallece en Estados Unidos, se interrumpen automáticamente todos los pagos correspondientes a esta persona.
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Es crucial que la Administración del Seguro Social (SSA) sea notificada lo más pronto posible sobre el fallecimiento para evitar pagos indebidos. A pesar de que las funerarias suelen encargarse de realizar el reporte, es responsabilidad de los familiares cercanos o del representante legal confirmar la muerte para evitar que el sistema continúe realizando pagos.
Pagos del Seguro Social cuando un beneficiario fallece
Uno de los pagos que aún se realiza después de un deceso un pago único por fallecimiento, que es de aproximadamente $255. Este beneficio está destinado al cónyuge sobreviviente o a un hijo dependiente que cumpla con ciertos requisitos, como ser menor de 18 años o ser un hijo adulto con discapacidad. Sin embargo, este pago es limitado y no cubre todos los gastos relacionados con el deceso, lo que obliga a los sobrevivientes a buscar otras fuentes de apoyo financiero.
El fallecimiento de un beneficiario también puede generar derechos a ciertos beneficios de sobrevivientes, dependiendo del tipo de relación con el difunto. Los cónyuges, hijos menores de edad y personas con discapacidad pueden tener derecho a continuar recibiendo pagos, en función de las circunstancias y del tipo de beneficios que el fallecido recibiera antes de su muerte. Además, los padres dependientes mayores de 62 años también podrían ser elegibles para recibir beneficios si cumplían con los requisitos establecidos.
Uno de los factores que puede afectar la continuación de los beneficios es el estado civil del cónyuge sobreviviente. Si el cónyuge se vuelve a casar antes de los 60 años, puede perder el derecho a los beneficios del Seguro Social que recibía a través del cónyuge fallecido. No obstante, si se casa después de los 60 años, los beneficios del difunto permanecen vigentes, lo que permite que el cónyuge sobreviviente siga recibiendo los pagos correspondientes.
Asimismo, adicional a los pagos directos a los beneficiarios, el Seguro Social también otorga beneficios en función de los años de trabajo y las contribuciones realizadas al sistema. En el caso de los hijos dependientes que califiquen para estos beneficios, pueden continuar recibiendo pagos hasta los 18 años o hasta los 19 si aún están en la escuela secundaria.
Para garantizar que los pagos y beneficios continúen correctamente, es recomendable que los sobrevivientes consulten con la SSA o un experto en planificación patrimonial para asegurarse de que los trámites se realicen de manera adecuada. Además, es importante que los beneficiarios estén al tanto de los requisitos legales y las fechas límites para solicitar estos beneficios, ya que un retraso en el proceso puede afectar la elegibilidad o el monto de los pagos.