El huevo es un alimento muy utilizado en dietas debido a su densidad nutricional. Se puede ingerir de múltiples formas, algunas más rápidas que otras, y por eso es el preferido de muchas personas. Si bien es muy consumido, no todos son capaces de diferenciar cuándo está fresco y cuándo ya caducó. A raíz de esa situación, decidí elaborar este artículo para darte a conocer un truco que te permitirá identificar en qué estado se encuentra el huevo que planeas comer. Saca tu libreta de apuntas para que puedas tomar nota de todo.
El huevo, como todo alimento, requiere de ciertos cuidados y es fundamental que uno le preste atención para saber si merece la pena comprarlo o consumirlo. Ten en cuenta que pierde su frescura con relativa rapidez, sobre todo si se conserva a temperatura ambiente en vez de refrigerarlo, que termina siendo lo más recomendable. Sea cual sea el caso, Men’s Health indica que uno lo puede comer hasta 28 días después de su puesta, que es cuando comienza a perder sus propiedades organolépticas. Ojo con eso.
¿Cómo saber cuándo un huevo está fresco y cuándo ya caducó?
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un huevo está fresco si es que la yema y la clara están consistentes. Además que la cáscara debe estar intacta y limpia. Sin embargo, de acuerdo a la citada fuente, “para comprobar la frescura existe una sencilla e infalible práctica: la prueba del vaso con agua”.
¿En qué consiste la prueba del vaso con agua? Pues que tienes que sumergir el huevo en agua con un 10 % de sal disuelta. Si el alimento permanece en el fondo del recipiente, todo bien porque está fresco. “Si flota, deséchalo”, ya que ya caducó.
Pero mucha atención a lo siguiente: el huevo también pueden estar en el fondo del recipiente y no destacar por su frescura. ¿Cómo me doy cuenta de ello? Si es que permanece en el fondo, pero en posición vertical, no sobresale por su frescura, aunque todavía lo puedes comer.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) también recalca que “una vez abierto, un huevo fresco no debe presentar olor de ningún tipo. La clara debe ser limpia, translúcida y gelatinosa. Si la clara no presenta estas características y la yema no ofrece relieve, es muy probable que el huevo esté envejecido. A medida que un huevo pierde frescura, la yema pierde consistencia y se desparrama”.