La luchadora Lissette Antes (29 años, campeona panamericana en Lima 2019) sorprendió al anunciar que abandona la actividad cuando se alistaba para buscar su tercer boleto a los Juegos Olímpicos (los de Tokio 2020, aplazados al 2021 por la pandemia del coronavirus). La oriunda de La Libertad, y deportivamente hecha en Loja, confiesa que el embarazo es la causa de su retiro, pero seguirá como presidenta de la Federación Deportiva de Loja y como entrenadora de lucha.
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¿Por qué tomó la decisión de abandonar la lucha?
Fue una decisión difícil por todo lo que venía realizando hace catorce años, pero es por una buena causa: mi familia. Quiero dedicarle más tiempo, y porque seré madre por segunda vez.
Cuando nació su primogénito usted hizo una pausa y volvió. ¿Ocurrirá lo mismo?
Aunque no lo hice público me retiré por una lesión en la columna con la esperanza de operarme y poder volver. Gracias a Dios se dio y regresé, pero creo que esta vez será más difícil porque ya tendré dos bebés.
¿Pero usted ya pensaba en un retiro inmediato?
La idea estaba. Si clasificaba a mis terceros Juegos Olímpicos, luego de Tokio me iba a retirar. Ya estaba dicho, pero este embarazo aceleró mi decisión y no creo que pueda volver.
¿Qué deja como deportista?
Me queda la satisfacción de lo que hice, pero ahora estoy contenta por esta nueva vida. Es duro, pasé una semana llorando porque no sabía qué iba a hacer. Ahora quiero es dedicarme a mi familia en un 100 % y el deporte practicarlo como afición, para mantenerme (físicamente).
Usted estaba entrenando, ¿en qué momento se dio cuenta de que estaba embarazada?
Estaba entrenando fuerte. Tenía varios síntomas. Asumí que era la migraña o el problema de cervical que padezco, pero la doctora que atendió mi primer parto confirmó el embarazo. Me cayó como balde de agua fría.
¿Temía que hubiera problemas por su embarazo?
Estuve llorando y pensando a quién le debo decir, cómo lo voy a decir, cómo van a reaccionar. Llamé a la secretaria del Deporte, quien me orientó sobre los pasos que debía de cumplir para anunciar mi retiro.
¿Qué le duele más de todo el tiempo que fue deportista?
Abandonar a mi familia. La sacrifiqué y no vi por meses a mi hijo mayor el año pasado, cuando me estaba preparando para los Juegos Panamericanos de Lima 2019, donde gané oro.
¿Quién la llevó a la lucha?
Empecé con el entrenador Ricardo Castillo, en el 2007. Me motivó que iba a viajar mucho, que daban viáticos, uniformes. Pero luego mi mayor motivación fue mi familia, porque deseaba sacarla adelante, tener una casa, no pasar lo que pasamos como no tener dónde vivir cuando llegamos a Loja. No nos aceptaban ya que éramos cinco niños y mi mamá.
¿Consiguió esos objetivos?
Sí. Luego de los Juegos Olímpicos Londres 2012 (terminó novena) me dieron una casa. El deporte me dio mucho, mejoré como persona. Para mí lo mejor que me pudo haber pasado es haberme dedicado a la lucha.
¿Usted le debe algo al país?
Hice todo lo que tenía que hacer, estoy contenta con los resultados. Creo que no le debo nada al país y me voy conforme, me voy contenta por lo que me dio y por lo que yo le di.
¿Qué le deja el deporte?
Lo más importante, mi familia. Ahí conocí a mi esposo, tengo mi niño y viene otro; me deja buenas amistades, compañeros, entrenadores que son personas muy lindas. En la parte económica me ayudó mucho y aproveché las oportunidades.
¿Qué le faltó conseguir?
Llegar a mis terceros Juegos Olímpicos y ganar una medalla.
De los títulos ganados, ¿con cuál se queda en su memoria?
Ser campeona de los Juegos Panamericanos 2019, porque volví a competir tras dos años y medio de estar retirada y apenas pude entrenar tres meses. Fue una revancha personal en esos Juegos porque estuve cerca de ganar una medalla en Toronto 2015 y en Guadalajara 2011. Llegué a Lima con poco nivel.
“Ser madre por segunda ocasión me obliga a retirarme”