Rodrigo Loly Piñeiro, delantero que entró en el radar de Marcelo Bielsa al ser convocado para la Selección de Uruguay que disputará los Juegos Panamericanos, tiene una historia increíble.
El Loly era un chiquilín cuando recibió las primeras cachetadas del fútbol. Es que, a temprana edad, lo rechazaron de la Pre Séptima división de Peñarol. Tiempo después fue a probar suerte en River Plate. Pero no lo ficharon. Lejos de rendirse se fue a El Tanque Sisley donde no lo ponían. Tras varios meses sin jugar, se fue a probar a Miramar Misiones. En los cebritas encontró finalmente su espacio.
En poco tiempo debutó en el primer equipo que por entonces militaba en la B. Y deslumbró con la misma velocidad con la que jugaba. Esto despertó el interés de Nacional, pero su pase se frustró por una situación increíble que el propio jugador reveló en ESPN F Show de Chile.
“Yo estaba en Miramar Misiones, en la B de Uruguay, y surgió la posibilidad de ir a Nacional, pero para eso tenía que taparme el tatuaje de Peñarol que tenía haciéndome otro tatuaje arriba. Yo les dije que no, que ni loco, que era hincha de Peñarol y que iba a seguir siendo hincha de Peñarol”.
Sobre las repercusiones de su accionar, agregó: “En mi familia me apoyaron 50% y 50%, porque la realidad es que era una posibilidad muy importante para mí. Los colores me dijeron que no y al año me terminó comprando Peñarol. La verdad es que ligué bastante (risas)”.
Y así ocurrió. Piñeiro llegó a los aurinegros a cumplir el sueño del pibe. Pero todo se derrumbó en poco tiempo. Loly jugó escasos partidos con los aurinegros y eso determinó que iniciara un largo peregrinaje por el fútbol pasando por Boston River, Rampla Juniors y Danubio.
Con la franja en el pecho volvió a deslumbrar, siendo desequilibrante y marcando goles, lo que le valió el pase a Nashville Soccer de Estados Unidos en el año 2021.
La pandemia de Covid 19 agarró a Piñeiro en Estados Unidos, lejos de sus afectos, lo que provocó que viviera un momento personal complicado como lo hizo saber a través de sus redes sociales.
“Ojalá algún día la gente entienda que la salud mental es tan importante como la física. Ya no aguanto más”, escribió en Instagram. Su mensaje generó preocupación y llevó al jugador a explicar en una carta: “Pasé un ataque de ansiedad muy feo. Hace meses vengo así, estoy lejos de mi familia y pasando momentos muy duros en mi trabajo que hoy no puedo contar. Hice una publicación como desahogo, no quise preocupar a muchas personas. Ya estoy en manos de un profesional para poder cuidar mi salud mental y gracias a Dios estoy bien”.
En 2022, Loly Piñeiro se desvinculó del Nashville y fichó por Unión Española de Chile donde tiene contrato hasta fines de 2025. Hoy, a los 24 años, le llega la oportunidad de su vida de defender a la Selección de Uruguay en los Juegos Panamericanos, un torneo que para Loly, “es la Copa del Mundo”.