El conjunto adiestrado por Jaime Vera venció por 2-1 a Audax Italiano y clasificaron a la Copa Libertadores 2017.
La esperanza de Iquique era pequeña; tanto, que comenzó a morir a los 58 segundos. Llegaba a La Florida con la ilusoria opción de que la UC cayera en su visita a Temuco, cuadro con un registro lamentable de cinco caídas como local y apenas dos triunfos. El golpe, sin embargo, llegó en el propio arco nortino. Antes de cumplirse un minuto Marcos Riquelme cabeceaba un centro de Osvaldo Bosso y batía a Rodrigo Naranjo.
Así comenzó la historia, aparentemente sin mayores posibilidades para los Dragones.
No obstante, una acción tan inesperada como absurda revivió la fe perdida, cuando un contragolpe de Gonzalo Bustamente terminó con el balón en los pies del zaguero itálico Sebastián Silva, quien, en lugar de enviar el balón tras la línea de fondo, intentó un rechazo que bloqueó Bustamente y que terminó dentro de la portería local, luego de golpear en la espalda de Juan Cornejo, en un autogol antológico por lo ridículo.
Desde ese instante, las ocasiones fueron escasas, con la visita tratando de hacer pesar el mayor aplomo individual y colectivo, mientras que los itálicos, con menos posesión, entregaban su suerte a la lucha constante de Riquelme y Sergio Santos, además de esporádicas subidas de Bosso y Cornejo. De esta manera, el asunto se fue igualado al descanso, mientras que en Temuco sucedía algo parecido, aunque sin goles.
Tal vez ese factor, la lejana posibilidad de que cayera la UC, causó cierta desmotivación en los iquiqueños, quienes en la segunda fracción comenzaron en un tono inadecuado para la instancia que enfrentaban, mientras que los floridanos adelantaban sus líneas y metía mayor presión.
Lo peor era que, simultáneamente, Unión Española vencía a San Luis y, con eso, los hispanos dejaban al cuadro de Jaime Vera fuera de la Copa Libertadores.
Por eso comenzó una reacción que puso a Nicolás Peric en problemas. En esas circunstancias, vino un tiro en un vertical de Ramos, tras error de Silva. Así, tuvo que esperar hasta los 79’, cuando Diego Torres anotó tras gran pase de Bustamante.
Fue el premio mínimo para un equipo que perdió la corona hace una semana, al ser goleado en su propia casa, pero que cumplió una campaña memorable para sus posibilidades. Tanto que su hinchada terminó cantando su himno en La Florida. No era para menos.