Ricardo Gareca, hoy sin la melena pronunciada y con los gestos más marcados por el paso del tiempo, retrata en frío lo que se vivió desde todos los matices en una versión más analítica que incluye el fallido repechaje, el papel de Edwin Oviedo como presidente de la FPF y la crisis deportiva que nunca se superó pese al éxito de ese entonces. Habla también del recambio, de la ‘U’, de volver y, necesariamente, de Agustín Lozano.
¡Gracias por suscribirte a Desde la Redacción!
Tu inscripción ha sido confirmada. Recibirás nuestro newsletter en tu correo electrónico. ¡Esperamos que disfrutes del contenido!
Lamentamos verte partir.
Tu suscripción ha sido cancelada y ya no recibirás más nuestro newsletter en tu correo electrónico. Si cambias de opinión, siempre serás bienvenido de nuevo.
¡Gracias por habernos acompañado!
Newsletter exclusivo para suscriptores

LEE: | Ferrari descarta continuidad de Barreto y pide calma: “Esto es un proceso”
— Se cumplen ocho años de esa noche en que volvimos a un Mundial 36 años después, ¿cómo vive los 15 de noviembre, qué cambia en su rutina diaria?
Es un acontecimiento, cada vez que se va acercando la fecha, me lo recuerdan y la verdad que siempre eso me pone muy contento, y en general de pronto para esta fecha soy de venir acá a Lima porque Edwin Oviedo, que fue el presidente, nos convoca. En definitiva, fue algo muy importante. Es festejar algo en privado que tiene que ver con un grupo que se había armado realmente importante. Siempre me llena de alegría el volver a encontrarme con muchachos que tuvimos en esa época.
— Esa noche dejó escenas imborrables. Imágenes para el póster como el abrazo con Cueva, ‘Orejas’ llorando en el suelo, Farfán dedicándole el gol a Paolo, usted lanzado por los aires en el camerino...
Es un momento que está entre los acontecimientos más importantes en mi carrera, porque no es un campeonato, lógicamente que los campeonatos tienen otros matices, pero este es un logro que movilizó a todo un país y que realmente fue conmovedor cómo vivimos todo el proceso, cómo acompañó la gente también. ¿Por qué? Porque dentro de ese proceso lo que más destaco es que se acercó mucho la gente hacia nosotros, que se logró una comunión muy fuerte con la gente. Entonces, bueno, cuando sucede que la gente se siente muy identificada con la manera de jugar, con la manera de proceder del equipo y todo, se genera una química muy importante.
— Tan difícil como dirigir cuando las cosas no salen bien es asumir la responsabilidad de respaldar un proceso en crisis. En estos años, en estas conversaciones, en estas cenas anuales con Edwin Oviedo, ¿le preguntó qué vio en usted para apostar por un respaldo absoluto?
Siempre teníamos charla con él, por ejemplo, le gustaba desayunar muy temprano, 7:30 de la mañana, entonces íbamos siempre a desayunar y venía a las concentraciones, se quedaba hasta tarde en las concentraciones y bueno, siempre compartíamos y supongo yo que le habrá causado confianza no solamente el hecho de conocerme como entrenador, sino del hecho de haberle inspirado confianza o tranquilidad en el momento de hablar, ¿viste? Supongo yo que tendría que ver con eso, y más que nada porque él es un empresario, no es que no entienda nada de fútbol porque ya había sido exitoso con el Juan Aurich, pero tenía una visión, tenía una visión diferente. Entonces, para alcanzar el objetivo él montó todo, montó las inferiores, había creado juntas dirigenciales con “gente notable”, él le llamaba ‘gente notable’ porque era gente muy importante de la sociedad peruana.

— Supo rodearse bien.
Claro. Era gente que los acercó. Conocí cantidad de gente en la gestión de él porque inclusive en un momento me hizo ir a CADE. Y fui, conocí a los presidentes, al presidente de la República, conocí a gente muy poderosa y él tenía un stand de la federación peruana donde yo tenía que estar parado... [risas].
— Usted se convirtió en la imagen de la federación.
Él me quería presentar a toda la gente importante de la sociedad, y quería volcar a esa gente hacia el fútbol porque siempre tuvo la visión y el conocimiento de que el fútbol peruano estaba muy desprestigiado. Muy desprestigiado en la manera de proceder, en la manera en que se ejecutaba.
— Esa imagen desprestigiada tenía mucho que ver con la impresión del futbolista peruano, impresión que usted logró cambiar... Ahí es inevitable referirnos a Christian Cueva como símbolo de esa transformación...
Cueva fue especial porque había que estarle muy encima, pero porque tenía unas condiciones notables. Creo que es un jugador que, más allá de algunas situaciones que le ha tocado vivir, cuando se ponía la camiseta de la selección y cuando salía al campo de juego, que es donde hay que demostrar, el tipo tenía toda la responsabilidad y estaba a la altura de los grandes acontecimientos. Entonces, cuando uno tiene esa clase de jugadores con semejante personalidad, hay que cuidarlo.
¿Cómo se explica que un jugador que dio tanto por la selección en su momento hoy esté tan desprestigiado apenas años después?
Esas son cosas que yo no te sabría contestar. Mientras nosotros estuvimos, él siempre ha sido un muchacho muy correcto en todo, muy respetuoso, siempre íbamos a visitarlo a donde estuviera, íbamos a visitarlo para hablar, para cenar, para estar con la familia también. Y le recalcábamos lo importante que él era y lo importante que era que él pudiera mantenerse en el extranjero. Y que pudiera rendir para después volver y rendir con la selección. Siempre le dimos importancia, pero después todo lo que sucedió no te podría decir, no te podía explicar porque desconozco.
— ¿Le molesta que lo describan como técnico paternalista?
No me molesta que me digan técnico paternalista, porque sí lo soy. El paternalismo no sé hasta dónde abarca. Para mí, es importante el buen trato. Yo siempre necesité tener un buen diálogo con los jugadores, me interesa saber de dónde vienen, de la familia que vienen, del lugar donde vienen. Un chico que consumió violencia toda la vida, hay que saber cómo uno se dirige hacia él.
— Su primera gran convicción pública sobre el fútbol peruano fue que usted cree en el futbolista peruano. ¿Usted siente que el futbolista amerita otra forma de trato?
Creo que amerita otra clase de trato por el hecho de que no tiene formación o la formación es muy limitada. Puede ser la ‘U’ que le brinde esa posibilidad, Cristal, pero en el interior del país es muy deficitario. Alianza siendo un grande no reúne las condiciones necesarias. Más que nada se vuelcan los jóvenes por lo que representa Alianza. Entonces al jugador peruano, al no tener formación, hay que tenerle un poco más de paciencia. El jugador peruano se desarrolla como puede, con lo poco que le dan y triunfa. Fíjate que por lo menos en mi concepto es un jugador muy fuerte. ¿Por qué? Porque supera todas las adversidades y todos los obstáculos y bueno, llega a primera división, inclusive llega al exterior.
— Jorge Luis Pinto destacó que su éxito radicaba mucho en que usted había respetado la esencia del fútbol peruano, pero le había agregado modernidad, ciencia, ¿Se puede decir que usted profesionalizó la Videna?
Yo no te podría decir por lo anterior porque sería descalificar lo anterior, pero hubo modificaciones en la Videna, por supuesto, porque veíamos algunas cosas que para nosotros, para el trabajo nuestro, eran necesarias. El gimnasio, los espacios, un montón de cosas, la parte médica, una área técnica para toda la información de los jugadores que estén en el exterior. Y crear una modalidad de trabajo que a nosotros nos sirvió para distinguir si el jugador está más próximo a la selección, si reúne las características, tanto física como técnica. Fue un tema que no fue barato, era costoso. Entonces, en ese aspecto, Oviedo, fue algo fundamental, porque siempre nos dio el respaldo económico. Siempre se volcó a todo lo que tenga que ver con crecimiento, con la posibilidad de desarrollar menores y la selección mayor.
— Esa fortaleza también es mental, usted en su proceso hizo un trabajo especial a nivel sicológico.
Sí, claro. Por eso cuando llegamos lo nosotros le transmitimos al jugador es que es un jugador muy fuerte mentalmente, un jugador que juega en el césped sintético con 30 y pico grados de temperatura en pleno verano, juega a 3,000 y pico metro de altura, juega en campos totalmente desfavorables, en toda clase de temperatura, viajes permanentes y rinde. Entonces, es un jugador muy fuerte mentalmente, porque realmente superan cualquier tipo de adversidad.
— Paulo Autuori advirtió que tras su vuelta vio todo igual o peor...
Imagínese usted qué retroceso, qué panorama que una personalidad como Autuori, que estuvo hace 25 años llega y todo está de la misma manera. Entonces, eso es algo realmente preocupante. No es una crítica, es una realidad. No estoy diciendo nada malo, simplemente digo que de un proceso de ocho años donde se logró una clasificación al Mundial y un repechaje, pasaron a cuatro técnicos en la selección mayor, eso es alarmante.
— ¿Hubo un partido en el que diga ‘este es el Perú que a mí me gusta’ en estos siete años?
Sí, el que ganamos en Ecuador 2-1 cuando nos daban medio por muertos. Dimos una muestra de carácter. Por eso te hablaba de que fuimos muy fuertes. Cuando veníamos de perder 5-0 con Brasil en la Copa América, tuve que soportar que no dijeran que fue una vergüenza, y después nos agarró Uruguay. Y si bien tuvimos una dosis de suerte, después ratificamos con Chile ganando 3 a 0 y llegando a la final.
— ¿Ese triunfo ante Chile en semifinales de la Copa América 2019 es el partido perfecto estéticamente?
Fue un partido durísimo también porque Chile tenía un gran equipo, venía bien, venía de ganar también la última Copa América, entonces estaba completo y sin embargo nosotros le ganamos 3-0. Nosotros desarrollamos un fútbol muy bueno, estéticamente muy bueno, descollante, Pedro Gallese, Paolo Guerrero, todos los muchachos realmente y fuimos muy contundentes en el momento de atacar, fuimos un equipo que sabía lo que quería con el juego.
eru australia

— ¿La tanda de penales en el repechaje le quita el sueño todavía?
Por supuesto, yo jamás le esquivé a la responsabilidad. En cuanto a lo futbolístico, no estuvimos muy finos, fue un partido duro, pese a que lo daban como un trámite determinados medios.
— Había exceso de confianza.
Pero no para mí, yo lo venía analizando Australia desde hace tiempo. Era un partido bien difícil y cuando es un solo partido es un 50 y un 50. Entonces se nos complicó.
— Trauco reveló que nadie quiso patear y fue Álex Valera quien se ofreció.
Son situaciones que pasan, es mucha la presión que hay, son muchachos que estaban preparados. Pero bueno, lógicamente que si Miguel lo dice, debe haber pasado ese tipo de situación. Yo no tengo nada que reprocharles. Ellos hicieron lo que tenían que hacer en su debido momento. Luego hubo un arquero que hizo lo que quiso con el permiso del árbitro.
— Valera fue muy resistido. Hoy es figura y anotó ante Rusia.
No pude ver el partido (el 1-1 ante Rusia), solo el resumen. A Valera nosotros lo tuvimos muy en cuenta, creemos que puede ser un gran jugador, que puede ser muy importante. A mí me movilizó el hecho de que es un jugador con una historia de vida fuerte. Él tiene un gran potencial , es un muchacho para hacerlo crecer cada vez más.
— Usted siempre defendía que el jugador peruano debe emigrar pronto.
Mucho, escucho comentarios que dicen: “Antes que no juegue, prefiero que vengan acá y que juegue”, pero ese no es el criterio. El jugador se tiene que imponer afuera, tiene que tratar de jugar. Es muy importante que el futbolista peruano emigre y así no juegue, salir le da la oportunidad de crecer personalmente, económicamente. Eso tiene que ver mucho con el carácter del jugador.
— ¿Siente que la generación mundialista envejeció muy rápido?
Siento que la han hecho envejecer demasiado. Es increíble que hablen de recambio, jugadores de 30, 31 años, jugadores de 33 años que digan que ya hay que cambiar una generación, jugadores que tienen 100 partidos, 80 partidos, que no tienen ni idea lo importante que tiene que ver la cantidad de partidos que un jugador tenga en la selección.
— A usted no le no le agrada mucho ese término de cambio generacional
No, en particular nunca.
— ¿Por qué?
Yo no entiendo cuando dicen que un jugador tiene 31 años o 33 años y que ya hay que cambiarlo generacionalmente, Paolo Guerrero con 40 años estaba la selección. Eso tiene que ver con el rendimiento estrictamente, no se le puede atribuir que porque ese jugador no rindió, no se obtiene el resultado. Es un equipo, tiene que ver un todo, tiene que ver algo mucho más profundo como para darle la responsabilidad a un joven. Una cosa es un amistoso, con selecciones que a veces son muy light, pero cuando es por puntos ahí se ponen las pilas todos porque se nota la diferencia.

— Y Perú de alguna manera descarta jugadores como si atrás tuviera 100 más.
Para mí la mejor etapa de jugador va de los 27 a los 34 años. Esa es la mejor etapa en pleno del jugador de fútbol, en la madurez plena. Después de los 34, si fue un mal profesional, si fue un jugador que no se ha cuidado en su vida privada, empieza el declive. Porque a partir de los 34 años, si tuviste una vida ordenada, tu carrera deportiva la largas. Por supuesto que eso no descarta a los jóvenes. La juventud es muy importante.
— Hoy la apuesta es por la renovación casi radical, con foco en los ‘eurocausas’, que es esta búsqueda de europeos con raíces peruanas.
No te puedo decir más porque son proyectos. Hay que esperar a ver qué es lo que va a pasar. Son metodologías de trabajo, ahora hay otro cuerpo técnico, otra visión deben tener. Entonces, hay que esperar que el tiempo diga a ver qué es lo que pasa.
— ¿Paolo Guerrero?
Paolo es un monstruo, quizá el mejor jugador que yo dirigí, junto a Jefferson Farfán, de una elite superlativa.
— Esta pregunta es reiterativa pero sigue siendo obligatoria: ¿Usted estaría dispuesto a volver?
Lo mío es una etapa ya terminada, por lo menos en esta conducción. Se eligió otro camino. Hubo un camino en el cual prefirieron cambiar de rumbo porque entendían los que conducen la federación que lo mío no era el camino adecuado. No está en la cabeza mía volver a la selección, por lo menos en esta etapa.
— ¿Cree que se perdió la oportunidad de afianzar un proyecto a largo plazo?
Lo único que te puedo decir es que no no había un conformismo de parte de la gente que estaba al frente para que nosotros podamos continuar. Perú no pasaba del octavo puesto con jugadores que estaban en las mejores ligas, esa era la realidad de Perú. después se hizo 50 puntos en la dos eliminatorias, pero se hizo un cambio, Ahora hay que esperar que ese cambio dé los resultados que espera el presidente [Agustín Lozano].
— Podría ser el fútbol peruano, digamos, la ‘U’, un club al que le gustaría volver.
Perú es un país que me gusta, me han tratado maravillosamente bien en todo aspecto, así que no tendría ningún tipo de problema en venir a trabajar acá si se da la posibilidad.
— ¿Siguió el tricampeonato de Universitario?
Sí, me parece espectacular lo de Jorge Fossati, junto con Fabián Bustos, salir tres veces campeón con la ‘U’, es un trabajo fantástico.
—La ‘U’ también es uno de los pocos equipos que institucionalmente ha crecido mucho
Sí, me parece un trabajo espectacular el de Jorge Fossati, junto con Fabián Bustos, han hecho un trabajo espectacular, salir tres veces campeón con la ‘U’, es un trabajo fantástico.
— Y bajo un respaldo de una figura como Jan Ferrari que digamos ha sido Edwin Oviedo de esta ‘U’.
Claro, claro. Todo lo que tenga que ver con la gestión también, debe ser muy importante.
— ¿Usted aceptaría conversar con Ferrari ahora que está en la federación?
Yo no tendría problema en hablar con cualquiera, pero en la medida que no tenga que nada que ver con yo volver a la selección.
— ¿Y asumir un puesto ya no como técnico, sino algo más global?
Se me cruza por la cabeza algún proyecto que tenga que ver también con eso. O sea, estoy en una etapa que puedo analizar cualquier otro tipo de propuesta, inclusive a nivel personal lanzarme algún emprendimiento que tenga que ver con el deporte, pero a nivel mío personal. Esta es una etapa que me agarra diferente, todavía tengo ganas de dirigir, pero también tengo ganas de de ver quizás otros proyectos, que tenga que ver con el fútbol, siempre ligado con el deporte.
— Agustín Lozano dijo hace días que no se cuenta toda la verdad sobre por qué se frustró su renovación, que el “hincha vive engañado”...
No sé, no sé lo que quiso decir Lozano. Yo tengo una manera de ser, tendría que escucharlo. Lo único que puedo decir es que eligió otro camino. Todo lo que se habló en la reunión ya se había filtrado, ya lo sabía el periodismo. Mi abogado y mi hijo se reunieron con gente que él derivó, él no los atendió, él se fue. Después no sé el trasfondo de lo que él quiere decir.
**
¡Tu pasión merece ser premiada! Accede a contenido exclusivo, sorteos, premios y más con la Suscripción del Hincha. Da click aquí para ingresar.
jbrj
