Pese a que hasta unas horas antes se corría el rumor de que el partido podía suspenderse por presuntas marchas, el hincha de Alianza Lima se hizo presente desde muy temprano en el estadio de Matute para el duelo ante Sport Boys. Un encuentro vital para el cuadro íntimo que ya no tiene más margen de error en este Torneo Clausura y que llenó el estadio a un 80%, más allá de su ubicación en la tabla.
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El equipo íntimo, sin Néstor Gorosito en el banquillo debido a estar sancionado, presentó un once inédito que devolvía a Ángelo Campos al arco. A las 8:00 pm, el árbitro Joel Alarcón dio el pitazo inicial y apenas a las 8:02 pm, todo el estadio enmudeció: Kevin Quevedo estaba tendido e inconsciente sobre el campo de juego.
Instantes previos, el jugador había chocado con Cristian Carbajal y sufrió un golpe en la cabeza que lo echó sobre el césped. Para sorpresa de sus compañeros, el futbolista parecía adormecido y sin poder responder. Todo apuntaba a una conmoción y fue Jesús Castillo quien volteó apresurado a pedir asistencia médica. Los dos encargados no fueron suficientes y fueron cuatro quienes ayudaron a que Quevedo pueda subirse a la camilla y fuera trasladado con premura a la ambulancia ubicada entre Oriente y Norte. Para entonces, Gaspar Gentile ya se encontraba al borde del campo para ser el recambio.
Tras tener mayor control del partido y llegadas más claras, el marcador se abrió en favor de los locales al minuto 29 luego de que se cobrara un penal en su favor por una mano rival dentro del área. El encargado de anotar desde los doce pasos fue Paolo Guerrero, quién metió un ‘dardo’ fuerte y arriba frente al arco de Steven Rivadeneyra. Su celebración fue junto a la tribuna popular sur y se besó el escudo a modo de desahogo luego de no anotar desde el 28 de setiembre ante Cienciano en Cusco.
Si bien el ambiente en Matute parecía esperanzador para los íntimos, Sport Boys comenzó a amenazar desde el contraataque y el tiempo de descuento del primer tiempo supo aprovechar un tiro de esquina para convertirlo en gol. Luis Urruti, de cabeza, venció a Campos y su celebración fue sacando la lengua. Los insultos y pifias al ex Universitario no se hicieron esperar mientras él abrazaba a sus compañeros tras colocar el 1-1.
Cuando Matute parecía una caldera debido a la molestia de los hinchas por haber sido empatados en los descuentos del primer tiempo, Alianza Lima salió al segundo tiempo con la consigna de solo ir hacia adelante en medio de la presión de las cuatro tribunas.
Apenas bastó un minuto para que Piero Cari, ingresado en el minuto 62, pusiera el 2-1 luego de una asistencia de Renzo Garcés y, de esta manera, no solo le daba los tres puntos a los íntimos, sino que también enmarcaba la noche de su primer gol como jugador profesional. El volante, una sorpresa y descubrimiento de Néstor Gorosito, tuvo su primer grito de gol y decidió celebrarlo con el que primero se acercó a abrazarlo: Paolo Guerrero. En una sola imagen, el mayor y menor del equipo, celebraban el triunfo con goles suyos. “Es mi primer gol. Todos me apoyaron, se vio una familia, siempre todos apoyándome. Le dedico a mi familia, a mi mamá y hermanita, es para mi mamita que siempre me apoya, en las buenas y en las malas. Importante la victoria de hoy y los partidos que siguen. Seguiremos pensando en ganar en todos los partidos”, diría luego del partido.
Sin embargo, como era de esperarse, el festejo tuvo dedicatoria: su familia. Piero Cari volteó e hizo un corazón con las manos mientras miraba a la tribuna occidente norte donde se encontraban sus familiares. El ‘potrillo’ de 18 años traído desde Tacna pudo dar su primera anotación en el estadio donde soñó jugar y esta emoción se trasladó a cuando se tapó la cara con ambas manos como si no lo pudiese creer.

Hacia el final, tras la calma que trajo el gol de Piero Cari, apareció Matías Succar para un desborde que culminó en los pies de Pedro Aquino para que anotara su segundo gol con camiseta de Alianza Lima. Debido a la complicidad previa, el volante buscó a Succar para abrazarlo y luego dedicó el gol a su familia ubicada en occidente. Con esto, Alianza Lima manejó el partido con las revoluciones más bajas hasta el fin del encuentro. Una vez que se dio el pitazo final, las felicitaciones a todos los compañeros llegaron de parte de dos referentes que completaron los 90 minutos: Carlos Zambrano y Paolo Guerrero.
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