MIRA: Agustín Lozano: “No me lavo las manos, pero todos los que estamos en el sistema del fútbol no hemos trabajado en menores” | ENTREVISTA
Si es así, habrá, entonces, que bajar la mirada, hundir las rodillas frente al portón de la Videna, y repetir con rostro contrito: “Oh ‘Tin’, malquerido reyezuelo del ‘fulbo’ peruano, hombre indulgente y sabio, perdona nuestras ofensas y no nos dejes caer en la tentación de volver a enterrarte en comentarios que cuestionen tu sagrado profesionalismo y profunda honorabilidad. Amén”.
¡Gracias por suscribirte a Íntimo Sentido!
Tu inscripción ha sido confirmada. Recibirás nuestro newsletter en tu correo electrónico. ¡Esperamos que disfrutes del contenido!
Lamentamos verte partir.
Tu suscripción ha sido cancelada y ya no recibirás más nuestro newsletter en tu correo electrónico. Si cambias de opinión, siempre serás bienvenido de nuevo.
¡Gracias por habernos acompañado!
Newsletter exclusivo para suscriptores

Pues para desgracia de los seguidores del chongoyapeño más ilustre de esa tierra bendita, la realidad es otra. Alianza solo es la excepción que confirma la regla. La demostración palpable de cómo una gestión hábil y atrevida, dirigida por verdaderos hombres de fútbol y no por niños ricos con juguete nuevo, puede alcanzar el éxito internacional pese a las zancadillas, torpezas y una enorme ensalada de desatinos provocados por la impericia de quien encabeza el órgano rector de nuestra adorada pelotita.

La clasificación aliancista en campo ecuatoriano es uno de esos inesperados flashazos que iluminan el rostro, que ensanchan el pecho del hincha, pero que no explican qué diablos sucede. Más bien, algunos oportunistas suelen utilizar estos éxitos imprevistos para tapar situaciones y verse mejor de lo que realmente son.
Pasó con Melgar unas temporadas atrás, con Cienciano en el 2003 y Cristal en el 97. Todas golondrinas, hermosas y rozagantes que, como manda el dicho, no alcanzan para hacer un verano.
¿O acaso podemos llamar serio a un fútbol cuyo torneo de Primera acaba de desafectar a uno de sus clubes y no sabe con cuántos concluirá su competición?
¿Cómo considerar profesional un torneo donde el VAR suma dudas en lugar de certezas? (pregunta seria: ¿los jueces que trazan las líneas utilizan reglas de primer grado o las arman a pulso?)

La gran tragedia, sin embargo, es que a pesar de todas las desprolijidades conocidas, de todas las vergüenzas vividas, de todas las evidencias de que nos encontramos bajo la peor gestión en los más de 103 años de existencia de la Federación Peruana de Fútbol, los mismos dirigentes que enrojecen sus gargantas clamando justicia por estos y otros despropósitos, a la hora de votar sufren súbitos ataques de amnesia selectiva y levantan la paletita verde para reelegir al presunto causante de todos sus males.
No sé cómo lo llamen, pero en mi casa me enseñaron que eso tiene un nombre: hipocresía.
*****************
¡Tu pasión merece ser premiada! Accede a contenido exclusivo, sorteos, premios y más con la Suscripción del Hincha. Da click aquí para ingresar.
