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Porque cada intervención fue dolió más que la otra. Cada centro apresurado y sin dirección de Juan Pablo Freytes incrementó la ira de todos. Cada torpeza de Pablo Sabbag en ataque era como una puñalada en el corazón. Y la desconcentración en defensa en los dos goles de Cusco FC con el que ganó 2-1, terminó por romper el lazo entre la hinchada y el equipo de Mariano Soso. Porque después de lo ocurrido este domingo, seguramente ya no es más “su” equipo, sino el de Mariano Soso. Tanto así que el descuento, de Catriel Cabellos, ni siquiera se celebró.
Obra cruel del destino, Universitario no pasó del empate sin goles ante Los Chankas en Andahuaylas. Es decir, Alianza ya no estaba obligado a hacer ocho o más goles para ganar el Clausura, solo necesitaba ganar. Y hacerlo en casa, con su gente, donde llevaban un invicto de doce partidos. Pero ni eso consiguieron. Y le dejaron en bandeja de oro el título a la ‘U’, su archirrival, que por haberse llevado también el Apertura, hoy continúa celebrando un hecho histórico: ser bicampeón en el año de centenario.
Es la peor manera de perder un campeonato, pero también es la consecuencia de un sinfín de errores cometidos a lo largo de la temporada. Desde la elección de fichajes que no dieron la talla hasta la pésima gestión de la cabeza del proyecto deportivo: Bruno Marioni. Y su conformismo también. “Llegar a la última fecha con posibilidades de campeonar habla del buen trabajo que se hizo”, afirmó increíblemente hace unos días, luego del triunfo por 2-1 ante Deportivo Garcilaso en el Cusco. Hoy, Alianza no solo perdió el título, sino que clasificó a la Libertadores del próximo año como Perú 4; es decir, empezará desde la primera fase y recibirá apenas 400 mil dólares por parte de Conmebol y ya no los tres millones que se aseguraba si clasificaba directamente a la fase de grupos. Ahora sí es el momento de hacer un balance y preguntarse si se hizo un buen trabajo.
Refuerzos extranjeros que no dieron la talla
Luego de perder una final nacional contra Universitario, Alianza Lima empezó un proyecto deportivo encabezado, primero, por Néstor Bonillo -hoy asistente técnico de Ricardo Gareca en la selección de Chile- y luego por Bruno Marioni, el actual director deportivo del equipo aliancista. Apoyados en las métricas brindadas por el área de scouting, el club íntimo realizó la contratación de cinco extranjeros que, en teoría, encajaban en el nuevo perfil del futbolista aliancista que se buscaba: los panameños Jiovany Ramos y Cecilio Waterman, los argentinos juan Pablo Freytes y Adrián Arregui, y el uruguayo Sebastián Rodríguez.
Ramos es un central que llegó procedente de Deportivo Táchira de Venezuela. Aunque empezó como titular, fue perdiendo el puesto por los constantes errores, al punto que para el Clausura la institución íntima fichó a Erick Noriega para cubrir el puesto de stopper por derecha. Como Ramos, su compatriota Waterman no destacó como delantero. Cecilio solo pudo marcar cinco goles en el año, la mitad de los que anotó en su último club, Cobresal de Chile. Además, continúa lesionado desde hace algunos meses.
El bajo rendimiento de Waterman es uno de los síntomas que tiene como consecuencia ser el equipo con menos goles (57) de los cuatro primeros lugares de la tabla acumulada, la misma que otorga un boleto para la Copa Libertadores del próximo año.
Además de Waterman, Alianza decidió renovarle a Pablo Sabbag. El colombiano se lesionó sin haber debutado en la temporada y estuvo casi medio año recuperándose. Todo se incrementa si se tiene en cuenta que el elenco blanquiazul buscó dos delanteros y terminó peleando todo gracias al inalcanzable Hernán Barcos.
Adrián Arregui y Sebastián Rodríguez son los volantes que llegaron al Matute. Arregui llegó a La Victoria tras un empate en el carro. Arregui fue fichado para ser el volante ancla con salida que tanto se pedía. Sin embargo, esas funciones las está haciendo el ‘Bigote’ Rodríguez, quien supuestamente llegó iba a ser el ‘10′. Ninguno de los dos destacó como pidió el hincha.
De los cinco refuerzos, el único que rindió bien fue Juan Pablo Freytes. El defensor argentino incluso renovó con la institución victoriana hasta el próximo año.
Mala gestión de Bruno Marioni
Las malas decisiones en Alianza Lima empezaron incluso antes del inicio de la temporada. Bruno Marioni públicamente informó que Carlos Zambrano no formaba parte del prouecto deportivo. Ssin Bonillo, pero con Marioni (director deportivo) y Alejandro Restrepo (técnico), el club íntimo inició el 2024 sin el ‘León’. El panameño Jiovany Ramos, Aldair Fuentes y el argentino Juan Pablo Freytes fue la primera zaga que presentaron los blanquiazules en la temporada, en el 2-1 ante César Vallejo por la primera jornada del Torneo Apertura.
Pero las constantes dudas que dejaba la defensa aliancista hizo que el plan se replanteara. Había mucha diferencia entre lo que podía dar un Zambrano enfocado que un sacrificado Fuentes. Entonces comenzaron los acercamientos entre ambas partes. Carlos no solo recuperó su lugar en el once titular, sino que se convirtió en el capitán del equipo. Posicionado como líbero, Alianza cambió su defensa en el camino, casi como aceptando el error inicial. Hoy, los íntimos se paran con el ‘León’ junto a Erick Noriega, fichaje que llegó para el Clausura, y Renzo Garcés, quien juega como stopper por izquierda con pie cambiado.
Los fichajes de inicio de año que no rindieron obligaron a Alianza a buscar en el mercado de pases del Clausura a otros refuerzos. Y así llegaron Erick Noriega y Paolo Guerrero, este último también había quedado fuera de los requisitos que debía cumplir aqul nuevo jugador.