Si hay algo que ha caracterizado a Guillermo Farré desde que asumió la dirección técnica de Sporting Cristal, es que muchas veces plantea su estrategia en función del rival que tiene enfrente. Quizás el hecho de haber heredado un plantel que no armó lo lleve a sentirse más cómodo así, principalmente en los partidos de visitante. Así pues, si bien los rimenses fueron locales contra Universitario de Deportes, no llegaban en un buen momento tras perder ante Alianza Atlético y cualquier planteamiento excesivamente propositivo hubiera sido un suicidio, sobre todo sin los automatismos necesarios para conseguirlo. Por esa razón el entrenador celeste se enfocó en reducir las virtudes de los cremas hasta neutralizarlas, para a partir de ahí buscar el arco de Sebastián Britos siendo más frontal.
Golpe táctico desde el saque
El 2-1 a favor de ‘SC’ no se explicaría sin el sistema utilizado por Farré, el cual fue sorpresivo por lo que uno esperaba en la previa y que desarticuló todo lo bueno que tiene la ‘U’ cuando sus líneas están bien aceitadas. El argentino planteó un 3-4-1-2 con la siguiente distribución: Diego Enríquez; Leandro Sosa, Franco Romero, Alejandro Pósito; Santiago González, Jesús Pretell, Gustavo Cazonatti, Nicolás Pasquini; Christofer Gonzales; Martín Cauteruccio e Irven Ávila. De esta manera, lo que parecía un 4-4-2 terminó siendo un esquema espejo que tapó las principales salidas de los de Ate, y desconectó a sus dos delanteros del resto.
¿Fue arriesgado lo de Farré? En el pasado muchos rivales intentaron hacerle frente a Universitario planteándole un sistema espejo, pero cometieron el error de no equiparar los duelos en el mediocampo y las bandas, sectores donde precisamente los de Fabián Bustos sacan petróleo para generar mucho peligro. En lugar de usar un 3-5-2, el estratega bajopontino usó una volante con el triángulo invertido, tapando a Rodrigo Ureña con ‘Canchita’ Gonzales y a los interiores rivales, Martín Pérez Guedes y Horacio Calcaterra, con Gustavo Cazonatti y Jesús Pretell.
Por fuera, el ‘Mágico’ González fijó a Segundo Portocarrero y Nicolás Pasquini se enfocó en controlar a Andy Polo. Con los marcajes igualados, Alex Valera y Edison Flores se distanciaron del resto para quedar a merced de la línea de tres ‘cervecera’, la cual tuvo una variante interesante: Leandro Sosa como stopper por derecha. Su polifuncionalidad no fue lo único bueno a favor de la propuesta de Farré, sino también su disciplina táctica para no quedar mal parado en los retrocesos defensivos; por algo ha sido capaz de jugar como extremo, mediapunta, interior, lateral y carrilero.
A partir de este entramado, Sporting Cristal fue haciéndose fuerte con el correr de los minutos y consiguió que el partido se jugara como lo había imaginado Farré, con el agregado que Ureña y Calcaterra se desenfocaron rápidamente, siendo amonestados a tal punto que Bustos no quiso arriesgarse a perderlos y los cambió en el entretiempo. El testarazo de Cazonatti a los 29′ fue el premio al equipo que se sentía más cómodo en el campo y no perdió la brújula cuando la disputa se hizo cada vez más intensa en la medular. El brasileño no solo cumplió con el gol para el 1-0 parcial, sino también con su tarea de desaparecer a Martín Pérez Guedes y desconectarlo de los otros volantes.
Este trabajo táctico no hubiera sido posible sin el compromiso de cada una de las piezas que utilizó Farré. Por más que Martín Cauteruccio e Irven Ávila ganaron muy pocos duelos ante los zagueros de Universitario, hicieron el desgaste necesario para tapar las salidas y ralentizar cualquier intento crema por activar a Ureña, quien en todo momento estuvo enfocado en sacarse de encima a ‘Canchita’ y no en ser el equilibrio que tanto necesitaba Bustos. El 1-0 transitorio estuvo bien puesto y ‘SC’ justificó su ventaja con un mejor despliegue en todas sus líneas.
Comprometidos con la causa
Como era de esperarse, Universitario adelantó a sus hombres en la etapa complementaria y empezó a empujar más con entusiasmo que con una idea clara de cómo cambiar el rumbo del partido. Jairo Concha entró por Calcaterra y Jorge Murrugarra hizo lo propio por Ureña, lo que le dio otro aire al mediocampo merengue. Pese a que Sporting Cristal reculó y poco a poco se dejó llevar por la respuesta de su contrincante, nunca descuidó su plan reactivo para atacar y recostó sus mejores incursiones en el talento de Santiago González.
El exjugador del Deportivo Maipú fue la figura del partido, no solo por sus dos asistencias –a los 67′ también habilitó a Fernando Pacheco para que decrete el 2-0–, sino también porque graficó cómo ‘SC’ se estaba jugando su propia final al no dar ninguna pelota por perdía y desgastando a su rival en los duelos individuales. Por más que la ‘U’ consiguió que los rimenses recularan y cada vez jugaran más cerca de la portería de Diego Enríquez, el descuento de José Rivera solo le dio más suspenso a la historia en la recta final del compromiso –el cual llegó instantes después de que González despilfarrara una ocasión que tranquilamente pudo haber sido el 3-0–.
Sporting Cristal fue un equipo comprometido y entregado al planteamiento de su entrenador, consciente de que por más que la disputa por el título está cada vez más complicada, no pueden entregar tan fácilmente el segundo puesto del acumulado sin dar batalla. Estamos hablando de una posición que además de permitirles soñar con una hipotética semifinal, otorga un cupo a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2025. Por otro lado, en la vereda de Universitario todavía les queda dos balas para sellar su bicampeonato sin depender de otros resultados. Por lo pronto, solo uno disfrutó y festejó en el Estadio Nacional.