Se aplaude la trascendencia de Hernán en Alianza Lima. Sin temor a equivocaciones, es el mejor jugador del cuadro victoriano por tercer año consecutivo. Y lograrlo en la etapa final de su carrera habla mucho de lo profesional que es y lo enfocado que está en el tricampeonato. Pero la otra cara de la moneda dice que se ha instaurado una ‘Barcosdependencia’ en el equipo de Larriera, sobre todo en la recta final del Clausura, donde la figura del ‘Pirata’ creció mucho más para apagar los incendios que nadie pudo y conseguir triunfos necesarios en situaciones límites.
Vayamos a los hechos. Barcos registró 17 goles y 6 asistencias hasta hoy, y participó en el 42% de las anotaciones que Alianza Lima hizo en la presente temporada. Pero lo curioso es que fue Hernán el autor de los últimos cinco goles que los íntimos marcaron en el Clausura (ante Mannucci, Binacional y Garcilaso); es decir, él solo le dio nueve de los últimos 11 puntos que Alianza logró al final del torneo. Entonces, su presencia es clave, sí, pero también refleja la necesidad de que el resto de sus compañeros sean tan decisivos como él.
Ante Garcilaso, por ejemplo, era un partido en el que debían aparecer otros elementos como Gabriel Costa, todavía cuestionado por su bajo rendimiento y la poca trascendencia en el equipo. El ‘Gabi’ no convence ni enamora, y Alianza Lima necesita más de él para la final. Lo mismo con Jairo Concha, quien tuvo un partido errático y de poco juego, sabiendo lo que él puede dar. Y Bryan Reyna también entra a esa lista, porque no ofreció más que aproximaciones estériles que terminaron en manos del arquero o a un lado de la cancha.
Alianza necesita de todos, incluso de Christian Cueva aunque no esté al cien por ciento, porque las finales se juegan de otra manera, con intensidad, fuerza, historia y jerarquía. Y es una obligación para Larriera mirar ambos lados de la moneda, sin sopesar una sobre la otra. Alianza no es solo Hernán, es mucho más, pero hay que demostrarlo en la cancha y ante el rival de siempre. La clave pasa por convertir esa ‘Barcosdependencia’ en un equipo, como lo fue en el Apertura. Y para eso todos tienen que estar mentalizados, cortados por la misma tijera, sin distracciones festivas ni polémicas innecesarias. La final ya se juega desde hoy.
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