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En medio de un contexto difícil (los íntimos marchan quintos en el Clausura, a cinco puntos del líder Universitario), el uruguayo no solo está obligado a encaminar ese proyecto deportivo que tanto pregona el club, sino también a conseguir resultados de manera inmediata.
Y lo debe hacer en medio de un panorama complicado: jugarán tres partidos en siete días, con dos visitas al Cusco (contra Cusco FC este domingo 13 y ante Cienciano el 20 de este mes).
“Cuando tomamos la decisión de venir, sabíamos el fixture que teníamos”, señaló. Contracorriente, el entrenador charrúa tiene, además, algunas obligaciones si quiere acabar el año festejando y dándole el segundo tricampeonato de su historia a la institución blanquiazul.
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Idea de juego
“Ganar es importante, pero para mí el estilo lo es aún más”, dejó en claro su postura. De hecho, es para lo que vino: convertir a Alianza en un equipo que “se adueñe de los partidos”, algo que claramente no ha pasado en los últimos años pese a los títulos conseguidos. Y fue el principal motivo por el que Guillermo Salas fue destituido.
Por lo visto en los últimos dos encuentros en los que dirigió de manera interina el colombiano Nixon Perea –sobre todo por lo del último sábado ante UTC–, Larriera tiene un arduo trabajo para darle identidad a un equipo que con Salas se aferraba a las individualidades, pero con Perea fue un desconcierto total.
“El plantel puede tener alguna dificultad, algunas carencias, pero es un plantel bueno”, señaló con optimismo el nuevo entrenador.
Recuperar a Cueva
“Claro que cuento con Christian Cueva. Es un jugador importante”, fue su respuesta cuando le consultaron sobre el caso del volante que acaba su contrato a fines de agosto.
Si bien es cierto, no quiso hablar sobre una posible renovación, el entrenador tendría planificado recuperar el nivel del volante que hace un año nada más era figura en la selección peruana, pero que hoy solo recibe críticas por parte de la afición íntima.
Cueva llegó al club este año y en 18 partidos solo ha dado una asistencia de gol. Sin Andrés Andrade (se operó de una lesión en su rodilla y no jugará en lo que resta del año) ni Pablo Lavandeira (se fue a Melgar para el Clausura por falta de minutos en Matute), ‘Aladino’ es el ‘10′ con el que se cuenta para organizar los ataques.
Gestión de vestuario
“Sin armonía en un club de fútbol, es muy difícil conseguir objetivos”. Para Mauricio la gestión humana en un vestuario lleno de egos es clave. Y es un aspecto del que se habla mucho en el mundo Alianza.
Con nombres como Zambrano, Cueva, Ballón, Barcos, Sabbag, Reyna y Costa, el entrenador deberá tratar de hacer llegar su mensaje y que todos jalen para el mismo lado.
Con Salas pareció haberse roto la confianza y convicción. Larriera tiene el deber de sanar el vestuario y convencer a los jugadores de su idea.