En el campo, Paolo y diez más. Esa parece ser la máxima de Ricardo Gareca. Desde que llegó el entrenador argentino, a inicios del 2015, el delantero se convirtió en el referente. Es el guerrero que lidera las huestes peruanas.
Hoy, con la suspensión por el resultado analítico adverso, Gareca tendrá que replantear su once para enfrentar a Nueva Zelanda.
Se explica que Paolo es una pieza vital en el equipo de Gareca porque fue titular en 29 de los 36 partidos que dirigió el argentino. Ingresó en otro (ante Bolivia en La Paz) y estuvo ausente en seis encuentros.
Un partido de Perú sin Guerrero siempre estuvo condicionado a algún problema del jugador. En el debut de Gareca con la Blanquirroja ante Venezuela, no pudo contar con Paolo por una sanción que arrastraba al ser expulsado en otro amistoso frente a Paraguay.
Luego, en setiembre de ese año, Perú jugó dos amistosos en Estados Unidos previos a las Eliminatorias, ante la selección local y frente a Colombia. Pese a que Flamengo pidió que no convoquen a Guerrero, este fue llamado, pero no jugó ningún minuto por el esguince de tobillo que padecía.
Para mayo del 2016, Perú disputó dos amistosos previos a la Copa América Centenario. Estuvo convocado pero no jugó ante Trinidad y Tobago en Lima, porque no recibió el permiso de Flamengo, y tampoco contra El Salvador en Estados Unidos, donde ya formaba parte del plantel, porque lo guardaron para el debut ante Haití en el torneo continental.
El único partido oficial donde no participó Guerrero en la era Gareca fue versus Bolivia por Eliminatorias en Lima. Ante Uruguay sufrió su segunda amonestación y quedó suspendido para el duelo contra los altiplánicos, en el que lo reemplazó Raúl Ruidíaz.
Son seis partidos en los que no estuvo Paolo, casi siempre por algún inconveniente. Fueron dos derrotas, un empate y tres victorias. De hecho que Perú ya jugó sin el delantero, pero no es lo mismo sin él. Es el Guerrero que lleva las armas.