"Se sacó este resultado gracias al esfuerzo de cada uno. Vinimos a no perder, ahora toca prepararnos para el cotejo frente a Colombia y descansar bien".
Las declaraciones que acaba de leer son de Paolo Guerrero. Sin sonrisa en el rostro y con los músculos relajados tras el esfuerzo; el 'Depredador' proyecta mesura y calma. Cada comentario, luego del pitazo final, sólo reafirma la posición de los jugadores: humildad.
Y compromiso. Ese factor vital que tiene hoy a Perú en la plaza del repechaje. Iniciando los entrenamientos con la selección antes que cualquier país; la bicolor contó en esta última doble fecha con Paolo Guerrero y Miguel Trauco antes de lo esperado. Claro, los hinchas se sorprendieron porqué el último lunes debieron estar en el cotejo ante Ponte Preta por el Brasileirao. Pero el sábado aterrizaron en Lima y empezó la fiebre mundialista. Otra vez mesura: "Solo depende de nosotros".
La camiseta de la selección potencia a cada jugador. Gallese tapa mejor con Perú. Araujo es otro con la bicolor. Flores es más decisivo con la blanquirroja. El compromiso con la patria aumenta el deseo de ganar. Nunca antes estuvimos más orgullosos del Himno Nacional. Nunca antes vimos esa entrega en los jugadores que trasportan el deseo de millones desde hace más de 30 años.
Alejados de los programas de espectáculos y más cerca del grito de gol; la selección peruana (esta de Gareca) ha demostrado lo que quizá no se veía en años: unión de grupo. Con menos individualidades y más colectivo, el plantel nacional se representa bajo la figura de Renato Tapia. Luego de ensalzarlo con la frase "el capitán del futuro", el jugador de 22 años declara con la madurez de un veterano. "Si superaban a uno, salía otro. Nos tiramos de cara por el compañero". Emociónese, esta semana está permitido.
"Tenemos que estar con la humildad de siempre y trabajar para el partido con Colombia", fue lo último que dijo Paolo Guerrero tras conseguir el vital empate en la Bombonera. Humildad y trabajo para cumplir el compromiso: ver a Perú en un Mundial.