Por: Kenyi Peña Andrade
Tras confirmarse que la Bombonera albergará el duelo entre Perú y Argentina el próximo 5 de octubre por las Eliminatorias, parecería que ese repentino cambio de sede jugaría en contra de los intereses nacionales y todos empiezan a perder la cabeza. Sin embargo, acá repasamos cinco motivos que, contrariamente a lo que se piensa, reforzarían la ilusión de sacar un buen resultado en la cancha de Boca Juniors.
Es Argentina, no Boca
Estamos claros que los aficionados que acudirán al partido no serán los hinchas apasionados xeneizes que suelen dejar la garganta en la popular cada domingo en la Liga argentina. El precio alto que suelen tener las entradas para los encuentros de Eliminatorias provoca que no sean precisamente los más 'futboleros' los que asistan, sino los que quieren ver a Messi de cerca en la comodidad de sus asientos y tomarse el selfie para el Instagram. Si la Bombonera tiembla, es solo con Boca, y eso que Independiente del Valle, siendo un equipo con poca experiencia y denominado chico en Ecuador, ganó sin problemas en el 2016 por 3-2 al equipo boquense dejándolo fuera de la final de la Copa Libertadores.
La presión será su harakiri
Si pasan los primeros 15 minutos del partido y Argentina no anota, esas tribunas cercanas a la cancha se convertirán en un elemento casi suicida para los albicelestes. El reloj y la desesperación podrían ser el peor enemigo del equipo de Sampaoli. Los susurros de la gente nerviosa y apurada por un gol los escucharán los jugadores a una distancia milimétrica. ¿Podrán con esa presión?
El recuerdo sigue vivo
La historia, que a veces está para respetarse, dicta que en 1969 la Blanquirroja dejó afuera a Argentina del Mundial México 1970 en uno de los partidos más dolorosos de la historia de la Albiceleste. Y jugando en la Bombonera, el mismo estadio que visitaremos en menos de un mes. Aquella vez Perú empató 2-2 y pasaron 28 años para que los albicelestes se animen a usarla de nuevo –en 1997 en el empate 1 a 1 frente a Colombia–. Por ese entonces, el contexto nos dibujaba un panorama no tan distinto al actual: una AFA confundida, teníamos un técnico extranjero como Didí y existía respeto por un equipo peruano que lideraba Héctor Chumpitaz y Teófilo Cubillas. Es el momento perfecto de revivir el pasado.
Dos aliados en nuestro comando técnico
Si hay dos personas que pueden aconsejar a los muchachos sobre lo que nos espera en la Bombonera, ellos son Ricardo Gareca y Nolberto Solano. El 'Tigre', como futbolista, jugó en Boca de 1981 a 1984, mientras que ‘Ñol’ hizo lo propio en 1997. Sin querer queriendo, tendremos develados todos los 'secretos' de ese escenario. Tranquilos, si hay algo que saber sobre ese mítico estadio, Jefferson Farfán y compañía lo sabrán.
La importancia del mensaje
No importa si la AFA o Sampaoli tuvo la idea de jugar en la Bombonera, la pregunta correcta sería: ¿Qué pasará por la cabeza de los jugadores argentinos al saber que se deposita la fe de la clasificación al Mundial en un estadio? La desconfianza del periodismo, directivos e hinchas en la labor que puedan desempeñar los seleccionados argentinos en el terreno de juego se huele hasta acá, y eso repercutirá en el terreno de juego. Si en Argentina hay nervios no lo saben disimular.