Se presumía que después de mucho tiempo, Perú jugaría con muy poco público ante Paraguay, en el Monumental. Y así parecía ser. El estadio lucía desolado, poco antes del silbatazo inicial. Por fortuna, eso cambió conforme avanzaron los minutos. No hay cifras oficiales, pero todo indica que se superaron ampliamente los 20 mil espectadores.
La selección se ha acostumbrado a contar con el respaldo de su hinchada. Eso es alentador. Además, porque se trataba del primer partido de Juan Reynoso al frente de la Bicolor. Sobre el partido en sí, siempre es positivo ganar. Así sea en amistosos. Y más a una selección como la de Paraguay, a la que nunca se le debe subestimar más allá de su actualidad.
Queda clarísimo que existen jugadores imprescindibles, aunque no sea políticamente correcto decirlo. Gallese es uno de ellos. En los resúmenes suele aparecer con alguna atajada salvadora. Ayer tuvo un mano a mano en el primer tiempo, que refleja todo que se le pide a un arquero: reflejos, técnica y seriedad. El otro es Christian Cueva: le bastó un tiempo para reconfirmar lo que sabemos de sobra: no hay otro como él. No todavía. No mañana ni pasado.
Reynoso mantuvo algunas apuestas como la del doble cerrojo en el mediocampo con Aquino, esta vez junto a Cartagena, y Bryan Reyna por el carril izquierdo. Pero además hizo debutar a José Rivera, extremo de Mannucci, y ratificó que confía en Carlos Ascues más que él mismo. Arriba, Alex Valera tuvo una y, como manda el decálogo del buen delantero, convirtió. Fue un cabezazo tras un centro de ‘Canchita’ Gonzales.
Sobre el final ambas selecciones se quedarían con diez, tras las expulsiones de Alexander Succar y Balbuena. El partido se calentó. Segundo triunfo en tres partidos de Reynoso. El primero en el Perú. Que continúen los ajustes ante Bolivia.