El Deportivo Llacuabamba, donde ataja el paraguayo Mario Ovando, amenazó este miércoles con abandonar el campeonato de la primera división de Perú después de que la Federación Peruana de Fútbol (FPF) lo multase con 215.000 soles (63.200 dólares) por dejar que se televisara un partido suyo sin el permiso del organismo nacional.
El presidente del Llacuabamba, Hernán Saavedra, reconoció a la emisora RPP Noticias que retirarse de la competición es una de las opciones que baraja si la Federación no acepta el contrato de derechos de televisión que suscribió con el canal que televisa la liga peruana a nivel nacional.
"Si no lo respeta, estaríamos decidiendo suspender los contratos de los futbolistas, ya que no podríamos cumplir con los pagos", apuntó Saavedra.
El máximo responsable del club, que este año se estrenaba en la máxima categoría del fútbol peruano tras su ascenso logrado la pasada temporada, explicó que actualmente los derechos televisivos son la única fuente de ingresos para la institución.
Detalló que los ingresos procedentes de la empresa minera que posee en la norteña región de La Libertad se han cortado debido a la inactividad de la compañía desde hace un mes por la cuarentena decretada a causa del coronavirus.
El Llacuabamba es uno de los cuatro clubes de primera división a los que la FPF no avala aún los contratos de derechos de transmisión televisiva que habían alcanzado con el Consorcio Fútbol Perú, formado por Gol TV Latinoamérica y Movistar.
Junto al equipo minero, los otros tres clubes involucrados son el Atlético Grau de Piura y el Carlos Stein, también recién ascendidos a la primera división, además del Alianza Universidad de Huánuco.
La semana pasada la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional (ADFP), que agrupa a los clubes de primera y segunda división, exigió en un comunicado a la FPF ayudas económicas para superar la inactividad en la que permanece el fútbol profesional a causa de la cuarentena por la COVID-19.
En ese documento hicieron especial mención a estos cuatro clubes que no cuentan con contratos de televisión homologados por la FPF, y por lo tanto carecen de la principal fuente de ingresos actual para un equipo de fútbol.
De momento hay dos equipos de la segunda división que han dejado de pagar salarios. El Deportivo Coopsol rescindió la pasada semana los contratos de toda su plantilla y este miércoles el Sport Chavelines anunció que suspendía el pago de sueldos a su equipo hasta que se comience el torneo de segunda.