En el gol de Diego Churín (anulado por el línea Eduardo Britos y convalidado por el VAR) el árbitro refirió: “Vi después la repetición y fue muy tecnológico el poder discernir, y se llevó unos minutos para poder dar resolución a la jugada”.
Aquino además sumó: “Se complica cuando hay muchos jugadores y Britos pasó la información que era un fuera de juego muy fino”.
Con respecto a la mano de Juan Camilo Saiz, en el área de Cerro Porteño, el juez del clásico 306 argumentó: “En campo vi que era una mano no sancionable. La posición de la mano es natural, detrás del cuerpo del defensor”.
Remarcando: “Al pegar en el muslo hubo un desvío y antes de rebotar en la mano se notó que la pelota iba arriba”.