Carolina Rodríguez es una de tantos atletas extremos que no solo son buenos en lo que hacen, sino que llevan el nombre de México a lo más alto cada que salen a hacer lo que más les gusta.
A sus 24 años, la originaria de Monterrey, Nuevo León, está por titularse en la carrera de relaciones públicas y sicología, en la Universidad St. Edward's, en Austin, Texas, y toda esto lo ha sabido compaginar a la perfección con el wakeboard, disciplina acuática a la que se dedica desde hace 12 años.
"Yo comencé cuando tenía 12 años, antes hacía slalom y a mi familia siempre le gustaron mucho los deportes acuáticos, entonces, a los 12, fue cuando conocí el wakeboard y me gustó muchísimo", comentó Carolina en una charla con La Afición.
A sus 14 años, ya enfrentaba su primer gran reto: competir en un torneo nacional, donde enfrentó sus primeros temores y donde también terminó por enamorarse de este deporte extremo.
"Participé y me gustó muchísimo, en ese momento yo no sabía que podía llegar lejos ni mucho menos, simplemente lo hacía porque me gustaba mucho y sobre todo el ambiente de las competencias, me gustaba conocer gente nueva que le gustara lo mismo que a mí. Al principio para mí era muy difícil porque yo me ponía muy nerviosa en las competencias, pero mucha gente me empezó a ayudar", admitió.
El wakeboard es una combinación de varias modalidades de esquí, en donde el deportista (rider) realiza acrobacias sobre una tabla que es arrastrada por una lancha; el talento de Carolina en este deporte la ha llevado a competir en varios Mundiales de la especialidad.
"Yo fui a mi primer Mundial a los 16 años, quedando en tercer lugar de mi categoría, para mí fue increíble, fue sorprendente quedar en tercer lugar y muy satisfactorio, porque me motivé muchísimo, después de eso le empecé a dar de lleno y a los 17 años repetí un Mundial y quedé en segundo lugar".
Como todo atleta, la reina del wakeboard mexicano ha tenido que sufrir para alcanzar sus objetivos: lesiones, falta de apoyo por parte de las autoridades deportivas e incluso el 'machismo', han sido una constante en su carrera que no la han desmotivado, pues cuenta con el invaluable apoyo de su familia y patrocinadores.
Tras conseguir un segundo lugar en su segundo Mundial, "más que hacerme sentir satisfecha, me enojó porque sabía que podía ser la campeona", Carolina estaba preparada y dispuesta a coronarse en la siguiente edición, pero una dura lesión en la rodilla la alejó nueve meses de toda actividad. Un "durísimo" golpe.
"Regresé un año después al Mundial y lamentablemente me rompí el ligamento cruzado y para mí fue durísimo, de haber entrenado para poder conseguir ese primer lugar que no tenía. Claro que estaba muy triste, porque tenían que operarme y eran nueve meses de recuperación. Pero nunca me desesperé, nunca pensé en dejar mi carrera", relató.
Dos años después, su esfuerzo rindió su primer gran fruto, al llevarse la medalla dorada del Mundial de wakeboard celebrado en Pleasant Prairie, Wisconsin: "En 2013 fue cuando realmente pude tener ese primer lugar por el que tanto me esforzaba, después de un año terrible, fue algo muy motivante".
'MACHISMO' Y FALTA DE APOYO
Con toda la experiencia y la motivación de participar en unos Juegos Panamericanos, Carolina Rodríguez recuerda cómo una "decisión injusta" acabó de tajo con ese sueño.
"Yo ya estaba en Guadalajara, había entregado todos mis documentos, mi examen antidoping y de la nada me dijeron que no, que el wakeboard iba a ser únicamente para la modalidad masculina. Lo mismo pasó en Toronto", lamentó la joven rider, quien además confesó que sus tiempos y marcas sirvieron para que un hombre clasificara a la edición de 2015.
Además lamentó que en la Conade le hayan retirado una beca que se había ganado por derecho, al ser la campeona nacional del 2015.
"Hubo muchísimos cambios en la Conade, el wakeboard, apenas empieza a representarnos en nivel Panamericanos, pero las cosas han cambiado muchísimo en la Conade, se cortaron muchas becas, incluyendo la mía; me iban a empezar a dar una beca porque era campeona nacional del 2015, nos habían dicho que nos iban a apoyar, nos pidieron muchos documentos que yo mandé, pero nunca se le dio el seguimiento", lamentó.
Para fortuna de ella, siempre ha contado con el apoyo de su familia y patrocinadores, mismos que señala como suficientes para poder seguir desempañándose en este deporte.
"Yo no puedo estar dependiendo de todo el rollo que traigan en la Conade, realmente el apoyo que yo tengo es por mi familia y mis patrocinadores. No puedo depender de la Conade ni de mi federación".
EL SUEÑO OLÍMPICO
Carolina y Larisa Morales son las únicas dos riders que representan a México en competencias internacionales, y espera que algún día puedan competir en unos Juegos Olímpicos, incluso, se habla de que Tokio 2020 podría ser una posibilidad.
"Hay planes para meter el wakeboard en Tokio 2020, pero no estoy segura si será en la modalidad de cable, que te va llevando con más obstáculos, o lo que es la lancha, que es mi especialidad. A mí me encantaría porque es un deporte que ha crecido muchísimo", dijo con ilusión Carolina.
DISFRUTA EL PRESENTE
Tras un mal inicio de año, producto de una fractura y sacrificar eventos internacionales para entrenar y perfeccionar su movimientos, Carolina acaba de llevarse la medalla dorada en la segunda parada del Nacional de Wakeboard 2016.
"Empecé el año muy mal, en mi primer día de entrenamiento me rompí el pie, estuvo desde diciembre hasta febrero sin hacer nada, tuve una operación en la rodilla y me tocó empezar un poco tarde el año. Pero decidí asistir a mi primera parada del tour nacional y quedé en segundo lugar, no esperaba más", reconoció.
La tercera y última parada será del 30 de septiembre al dos de octubre en su natal Monterrey, donde la localía puede impulsarla para llevarse de nueva cuenta este torneo y aumentar aún más su palmarés.