Javier Aguirre se mostró contento por el resultado, pero autocrítico por las desconexiones del equipo mexicano.
PASADENA -- ¿Hay alguna tara emocional en el seleccionado mexicano? Javier Aguirre no descarta el diagnóstico, pero puntualiza que está trabajando en ello. Y advierte: “El que no responda, tendrá que irse”.
La pregunta había sido en torno a una eventual crisis de desconfianza, desconcierto e inseguridad en el jugador mexicano, tras el fracaso en Qatar, y las formas en que son exaltados primero, y expulsados después, Diego Cocca y Jaime Lozano.
“Puede ser. No es tangible que tal o cual jugador esté en un estado anímico de tres en escala de diez, o que de repente esté arrastrando derrotas o fracasos, o malos momentos, pero esa es mi labor. Mi labor es mirarlos a los ojos, escudriñando, interrogando y metiéndome ahí, tendré que sacar conclusiones, ¡y el que no responda, tendrá que irse!”, advierte el técnico de la Selección Mexicana, tras la victoria 3-0 sobre Nueva Zelanda.
“El jugador que yo necesito (en la Selección Mexicana) es el que se comprometa con que es una gran oportunidad jugar una Copa del Mundo en tu casa. No hay mayor satisfacción que una Copa del Mundo, y qué mejor en tu casa. Por eso necesito gente que esté limpia de aquí (se señala la cabeza) y limpia de acá (marca el corazón) para abajo. Y estoy en ello, estoy en ello”, añadió Javier Aguirre.
México enfrenta a Canadá el próximo martes, para cerrar este primer periplo experimental del Vasco. Por lo pronto tendrá que prescindir de César Montes, quien viaja a Rusia, y espera que Julián Quiñones se recupere de una molestia muscular, aunque por una dolencia similar, descartaría a Luis Chávez.
Javier Aguirre confiesa que “no me gustó que pudiéramos hacer seis y sólo hicimos tres. Hay que ser más agresivos y contundentes y fallamos. De repente estábamos jugando bien, de repente se nos apaga la luz, éramos intermitentes. Tenemos que ser consistentes y culminar las jugadas, todas”.
La afición angelina, generalmente abnegada, solidaria, festiva, esta vez no llenó el Rose Bowl, acostumbrado a teñir su epidermis de color esmeralda. Incluso promociones de pánico, obligaron a los organizadores a regalar boletos a cambio de compras.
“La afición es soberana. Espera algo a cambio del precio del boleto, era poco probable que llenara un estadio tan grande como el Rose Bowl, 25 mil no es una mala entrada. En Canadá contra Estados Unidos, no lo llenaron”, dijo.
Por eso, explica, en el medio tiempo, reconvino severamente al grupo, para que saliera a retribuir en la cancha, el sacrificio económico del seguidor tricolor.
“La intención era responder a los 25 mil aficionados. Que no salieran molestos, decepcionados, sino contentos con ver a su selección, y en eso me enfoqué en el medio tiempo”.
Javier Aguirre hizo incapié sobre el tema de las supuestas indisciplinas en la gestión anterior y si eso fue base de su convocatoria.
Subraya que, de acuerdo al proyecto de la FMF con selecciones nacionales, la supervisión y búsqueda de talentos, le permita presentar para el Mundial, nuevos prospectos, que pretenderá ir desarrollando al paso de los años.
Por eso, explica, no hay necesidad de caer en precipitaciones, ni presiones innecesarias, y habla del escenario ideal que tiene para trabajar.
“Hay tiempo para prepararnos, hay necesidad de ganar, pero no es una urgencia. No hay eliminatoria. Tenemos tiempo para encontrar mejor preparación, con más calma. En mi área de trabajo se me respeta, tenga un grupo de apoyo para un trabajo más completo, más de 70 personas y especialistas, al servicio de los jugadores”, comentó.