Semáforo rojo para el América, el campeón se detuvo en Aguascalientes, empató a cero con Necaxa en un partido que tenía pinta de que ser un encuentro de pulsaciones altas, es cierto que las tuvo en el inicio, pero las tarjetas rojas que se presentaron le quitaron bravura, y aunque hubo más espacios para ambos ninguno logró explotarlos, un resultado que le deja mejor sabor a Necaxa y un gesto de impotencia a las Águilas, porque en esta ocasión su vasto plantel no le alcanzó para marcar un gol.
Fue un partido que inició a buen ritmo de América, pero con un Necaxa que tampoco se estresó de hecho Malagón empezó a mostrar su calidad desde el inicio cuando fue exigido por Mayorga. El portero de las Águilas vive un gran momento y mantuvo su arco imbatido.
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Pero el duelo no tardó en hacerse bronco, primero Richard manoteó a Mayorga, el pómulo del defensa de Necaxa sangró, el VAR llamó a Diego Montaño y el árbitro expulsó al Cachorro, América se quedaba en desventaja y en un escenario adverso que duró unos minutos porque Cambindo también se fue expulsado por un manotazo sobre Cáceres.
Controló el partido América a través de la pelota, algo de lo mejor que sabe hacer el equipo de Jardine, pero no lograba encontrar profundidad ni plantarse con peligro frente al arco de Ezequiel Unsain. Tenían la bola los de Coapa, pero no progresaban.
Necaxa se paraba con mucho orden y poco a poco fue ganando metros, incluso tuvo otra jugada clara con una media vuelta de Monreal, un tiro con derecha que desvió Malagón y era factor para que su escuadra no se viera abajo. El eterno primer tiempo acabó sin goles, la visita tuvo más la pelota, pero no generó una de peligro; mientras los Rayos sí que exigieron a Malagón.
Para el complemento, Jardine movió su banco, exhibió su baraja cuando mandó a Quiñones y Valdés por Cabecita y Henry, quienes poco pudieron pesar en ataque. América refrescaba con talento y explosividad.
Luego vino Brian Rodríguez, pero no, América no encontraba la jugada que le permitiera ponerse en ventaja, había buenas intenciones de ambas escuadras, pero sin emociones en las porterías, parecía partido de una sola bala.
No apareció ese catalizador, no hubo un jugador que agitara el partido, o que tuviera ese chispazo que rompiera la monotonía. Solo hasta el final Andrade la tuvo para Necaxa, pero Malagón le robó la gloria, en la contra se la perdieron las Águilas porque Brian centró en lugar de chutar, luego Quiñones la puso en el palo con un cabezazo y Usain le sacó otro tiro a Brian. El tiempo extra tuvo más emociones que los 90 minutos previos.
Las Águilas se mantienen en la parte alta de la tala, la próxima semana viene el primer choque de trenes fuerte, recibirá a Monterrey en el duelo de dos de las mejores plantillas del curso, en el regreso del Tano Ortiz al Azteca y en el último juego que tendrá el Coloso antes de cerrar por su remodelación.
MGC