La grandeza de las instituciones no se pierde, podrá cuestionarse, pero esa etiqueta la construyeron generaciones pasadas de directivos, entrenadores, jugadores, pero sobre todo, aficionados, porque son los seguidores los que hacen que el nombre de un club permanezca en el tiempo.
El Clausura 2024 está próximo a iniciar, un torneo especial, porque tres de los equipos llamados grandes en el futbol mexicano han dado un vuelco en sus proyectos deportivos, han cambiado drásticamente la hoja de ruta, pero su misma historia los obliga a honrar su escudo, a dejar atrás las coartadas.
Chivas, Cruz Azul y Pumas están obligados a demostrar su jerarquía, esa grandeza que cultivaron en décadas pasadas. Sus entrenadores deben entender el peso del escudo y tendrán que entregar a sus seguidores equipos que les llenen de orgullo.
La apuesta de Hierro
La llegada de Fernando Gago a Chivas tomó a todos por sorpresa, primero porque Chivas es un equipo que mostró dos caras el año pasado. Paunovic llegó sin cartel y estuvo a punto de lograr el título en el Clausura 2023, pero el curso pasado se fue goleado por Pumas en cuartos de final.
La salida de Veljko no se esperaba, y la llegada de Fernando volvió a ser cuestionada, porque es un técnico joven que tiene poco recorrido, es cierto que llega con una fama de tener una metodología exigente y que buscará implantar en Chivas el sello de un equipo propositivo. Gago tendrá la tarea de llevar sí o sí al Rebaño Sagrado a la Liguilla, su capacidad de gestión se pondrá a prueba desde el primer partido; el tiempo de experimentos es corto y la exigencia de resultados positivos será inmediata.
Resurgimiento
Cruz Azul dio pena en el Apertura 2023, fue un equipo que estuvo lejos de ser competitivo, su imagen fue paupérrima, pero el golpe de efecto que ha dado con sus fichajes ha hecho que su afición -por enésima vez- vuelva a ilusionarse. Martín Anselmi será el encargado de que La Máquina recupere su esencia, esa que lo llevó a lograr la novena.
El estratega argentino ha tenido roce internacional, esa Copa Sudamericana que logró al vencer a un clásico como el Sao Paulo le concede crédito, pero la presión que hay en La Noria es más demandante que la que tenía en el Independiente del Valle, su equipo deberá convencer en forma y fondo y, por supuesto, asegurar una plaza de Liguilla.
Experimentado
Gustavo Lema recibió la estafeta de Universidad Nacional, es un entrenador que toda su vida había sido segunda espada, pero tras la salida de Mohamed la directiva le dio el voto de confianza para darle continuidad a su proyecto deportivo.
De los tres, es el que más conoce el futbol mexicano, las virtudes y defectos de los futbolistas de este país y del potencial de los clubes. Recibe un equipo que se ha reforzado en el medio campo y en el eje de ataque. El semestre pasado fueron una realidad y la base se mantiene, por lo que lo menos que se espera es que mantengan ese tono. La Liguilla es el renglón mínimo que se le pedirá, más cuando Lema conoce a la perfección cómo se mueve el futbol mexicano.
Tres de los cuatros grandes encaran un 2024 con debutantes en sus banquillos, la expectativa es verlos como protagonistas. Su historia se los demanda.
MEB