México dejó escapar la oportunidad de mostrar la fortaleza del proyecto de Jaime Lozano, con la inoportuna derrota que posterga el boleto a Copa América
Era la prueba de fuego para Jaime Lozano y la Selección Mexicana, y se estrellaron. El equipo mexicano perdió 2-0 contra Honduras, en Tegucigalpa, en el juego de ida de los cuartos de final de la National Leagues.
De nada sirve haber empatado con Alemania, Australia, y toda la lista de ‘moleros’, como calificó 'Tuca' Ferretti a los partidos sin trascendencia, si no puedes dar el primer paso hacia la Copa América, la competencia más seria para México en el camino al Mundial del 2026.
Honduras parecía víctima y se envalentonó en Tegucigalpa. La estrategia la planeó Reinaldo Rueda desde semanas antes, porque abandonó San Pedro Sula, como sede oficial, y trasladó el partido a la capital del país centroamericano.
El entorno no permitió a México sentirse cómodo, la temperatura, humedad, ambiente y afición, afectó a México, que se veía lento, siempre detrás de la pelota, ausentes.
El otro factor fue Guillermo Ochoa, tantas veces héroe de la Selección Mexicana, ahora en el banquillo desde el minuto 20, debido a una lesión en el hombro que lo obligó a salir de la cancha en su partido 149 con el Tricolor.
Todos estos factores se conjuntaron, además del talento de Anthony ‘Choco’ Lozano, que en el primer tiempo, ya con Malagón en el arco, hizo el 1-0 con un espectacular gol, que apenas necesito de un toque para bombear al portero de la Selección Mexicana.
Se esperaba ver la versión de México contra Alemania en el segundo tiempo. No ocurrió, el juego terminó en un concierto de “oles”, de la tribuna, que se coronó con el segundo gol de Honduras, cortesía de Bryan Róchez.
Eso levantó a la otra Pantera, a la mexicana, Julián Quiñones, que debutó con la selección mexicana, pero sin mucha relevancia en el campo, aislado, sin balones, perdido, al igual que todo el Tricolor que dirige Jaime Lozano.
El boleto a la Copa América está en peligro.