El primer reto mayúsculo en la era de Jaime Lozano ha llegado. La serie contra Honduras, en los cuartos de final de la Liga de Naciones de la Concacaf, representa la llave para el objetivo más importante antes del Mundial de 2026: la Copa América de Estados Unidos 2024.
Y es que a falta de eliminatorias mundialistas, el torneo continental será el compromiso oficial de mayor exigencia que tendrá el conjunto de Jaime Lozano antes del Mundial. Y justo a la mitad de su proceso se convertirá por lógicas razones en el punto de evaluación para ver cómo van las cosas de cara a la Copa del Mundo que se disputará en casa. Así que sí o sí el nombre de México debe estar anotado el próximo verano en el certamen de los Estados Unidos.
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Así que dentro de los planes está prohibido tropezar frente a Honduras, una selección que no ha podido superar su proceso de renovación generacional y sigue dando tumbos en el intento por armar un equipo competitivo, que pueda llegar con fuerza a las eliminatorias. Pero cualquier exceso de confianza podría ser costoso para el Tricolor.
Un viejo conocido
Al pertenecer a la misma confederación (Concacaf), Honduras es el tercer equipo con el que más enfrentamientos en la historia ha tenido la selección mexicana. En total, se han visto las caras en 42 ocasiones, 34 en partidos oficiales y apenas ocho amistosos, en la que destacan los juegos de eliminatoria mundialista con 22 enfrentamientos.
Los catrachos solo están por debajo de Estados Unidos, con el que México ha tenido 76 duelos, y de Costa Rica, con el que ha jugado en 55 ocasiones.
Y la superioridad del Tricolor ha sido abrumadora frente a los hondureños: 26 triunfos, nueve empates y apenas siete descalabros, con 79 goles a favor de los mexicanos y solo 28 de los centroamericanos. De esas victorias, 20 han sido en los partidos de carácter oficial. Incluso, la última vez que se vieron las caras fue en la Copa Oro que se celebró en este año, en el primer juego de ambos dentro del torneo, la victoria fue para México que se impuso con un contundente 4-0.
La última derrota que la selección mexicana registra frente a los centroamericanos fue en 2017, en la ronda previa al Hexagonal final rumbo al Mundial de Rusia 2018, cuando perdió de visita por 3-2 el 11 de octubre de 2017. Y de ahí, la siguiente derrota es la más dolorosa dentro de esta rivalidad.
El 7 de septiembre de 2013, en las eliminatorias rumbo al Mundial de Brasil 2014, México perdió de manera inesperada con los hondureños en el Estadio Azteca por 2-1. Este descalabro provocó el cese inmediato de José Manuel de la Torre como entrenador del Tricolor y complicó mucho la situación del conjunto mexicano, que terminó jugando el repechaje mundialista frente a Nueva Zelanda, mientras que los catrachos clasificaron a su tercera Copa el Mundo sin mayor contratiempo en la tercera plaza.
El objetivo primordial
La última vez que la selección mexicana se presentó en la Copa América fracasó de manera rotunda. Fue en la edición del Centenario, que se celebró en los Estados Unidos en 2016, la primera y única vez hasta la fecha que se ha jugado con 16 selecciones de las dos confederaciones que tiene el continente, Conmebol y Concacaf.
El conjunto tricolor, en ese entonces dirigido por Juan Carlos Osorio, llegó como uno de los equipos más fuertes del torneo, por los resultados previos que había mostrado, así como la localía indirecta que jugar en Estados Unidos le proporciona en todos sus compromisos.
Y parecía que el Tricolor marchaba con camino certero rumbo a su primer título en esta competencia al ganar sus tres partidos de la fase de grupos; sin embargo, en cuartos de final el golpe fue certero y humillante. Chile, sin mayor complicación le pasó por encima al cuadro mexicano propinándole una de sus peores derrotas de la historia con un 7-0 que sacudió por completo el proceso de Osorio.
Hoy, con el torneo que se tiene previsto en 2024, otra vez en los Estados Unidos, la Selección Nacional quiere lavar esa afrenta con una mejor participación que al mismo tiempo confirme un progreso en el proyecto de Jaime Lozano, con la mira puesta en el Mundial de 2026.
Además, México necesita certificar su nivel en el continente, el cual durante sus primeras participaciones en este torneo tuvo una excelente vitrina, acompañada de buenos resultados como los subcampeonatos de 1993 -la primera justa que disputó- y 2001, así como los terceros lugares en 1997, 1999 y 2007.
La meta es clara, pero antes de soñar con la Copa América se debe superar la aduana de Honduras, sin abrir la puerta a ningún tipo de sorpresa.
MGC