A Cruz Azul se le agota la vida en el Apertura 2023 y el equipo de Joaquín Moreno hace poco por sobrevivir, no se aferra a sus opciones, aunado a que el plantel no le da para pelear por más. En el día que La Máquina debía dar un paso al frente, que tenía que mostrar coraje y orgullo, no pudo hacerlo, precisaba de la victoria para empezar a salir del fondo de la tabla, y en cambio, sufrió una amarga derrota de 1-3 ante Querétaro.
Para Cruz Azul el partido era capital. Ha iniciado la segunda parte del torneo y La Máquina no podía permitirse seguir en los puestos de abajo; el tema es que al conjunto celeste le faltó agresividad y tomar mejores decisiones, sobre todo en la última zona, porque estando ahí se les nublaba la cabeza, aunado a que en otras ocasiones se toparon con Guillermo Allison, quien bloqueó al menos un par de tiros que pintaban para otro final.
El juego fue da ritmo semilento y casi somnoliento. No se agitaba La Máquina y sus jugadores en ataque no pesaban o manifestaban una cuota de ansiedad. Cambindo decidió mal en un par de oportunidades. Mientras Allison tapó tiros de Charly y Rivero, el ex portero cruzazulino amargaba al cuadro cementero que no encontraba la hoja de ruta.
A todo esto, Querétaro apenas daba noticias, los Gallos apenas se habían acercado al arco de Andrés Gudiño, su apuesta del equipo de Mauro Gerk pasaba por una salida a velocidad, una pelota parada o algún yerro defensivo de La Máquina, de ahí en fuera sus intentos fueron bien apagados por la zaga celeste.
Parecía que el primer tiempo se ahogaba sin un gol, pero justo en el tiempo de compensación una gran jugada de Moisés Viera sacó del letargo a todos los que estaban en Azteca, el brasileño controló por izquierda, a punta de amagues fue dejando jugadores sembrados, todos cayeron ante las fintas del ‘10’ celeste, que acabó en el área por el flanco derecho, y le pegó al balón. Rotondi no desaprovechó el regalo y mandó la pelota al fondo. Alegría celeste y frustración queretana.
El inicio de complemento fue mejor que todo el primer tiempo, porque Querétaro dio un paso al frente y le tomó solo cinco minutos hacer el daño que no pudo en 45. Raúl Sandoval cazó un rechace y en medio de dos defensas celeste le pegó con la derecha y empató el partido al 50’.
Los Gallos fueron otro equipo, más acelerado en ataque y sin perder el orden en defensa. A Cruz Azul le hacía falta vértigo, alguien que le pusiera descaro y que agitara al resto. No lo tuvo en el campo y tampoco vino del banquillo ni en los cambios ni en algún ajuste del entrenador.
Lo que sí llegó fue el gol de Querétaro; mientras los jugadores de Cruz Azul se quedaron reclamando una posible falta en medio campo, los Gallos los tomaron perdidos en la marca, Barrera centró para Raúl Zúñiga, el colombiano le ganó la posición a los dos centrales celestes y tocó para vencer a Gudiño, al 77’, los Gallos noqueaban a La Máquina.
Y para evitar cualquier intento de reacción o de arrebato celeste, llegó el tercero de los Gallos, Zúñiga ganó la pelota y la tocó para Nicolás Cordero, quien batió a Gudiño al 86’. Cruz Azul es un despropósito, a ratos un equipo sin alma, una institución que se ha empequeñecido y que a la mitad del torneo ha capitulado; eso no es grandeza, es vergüenza.