Está hecho. Julián Quiñones se convertirá en el futbolista naturalizado número 16 que defienda la playera de la Selección Mexicana. Ayer, durante la presentación del proyecto en selecciones nacionales, se informó que el colombiano declinó jugar para el país cafetalero y solo está a la espera de concluir sus trámites migratorios para ser tomado en cuenta por Jaime Lozano.
Ante esta situación, el estratega de la selección habló de la razón por la cual el atacante de las Águilas encaja perfecto en su sistema de juego. “Es un jugador que en los últimos años ha sido muy determinante que ha alcanzado un nivel bueno. Me tocó enfrentarlo desde que estaba con la Sub 20, el con Tigres y yo con Querétaro y es distinto, tiene una gran corpulencia, una fortaleza física muy buena y desde Atlas ha alcanzado una madurez que lo hace un jugador diferente y contundente al momento de pisar el área”, dijo Jaime Lozano.
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La idea de la FMF es que Quiñones ya esté disponible para la selección nacional en esta Fecha FIFA de septiembre, pero si no se concluye el trámite, se le citará en octubre, pues el Tricolor ya no tiene competencia por el jugador porque ya renunció a Colombia.
Grandes expectativas de Julián Quiñones
Julian Quiñones ha hecho toda su carrera en el futbol mexicano. A los 18 años Tigres lo fichó para empezar a formarlo, pasando por un proceso que incluyó el préstamo a clubes del Ascenso como Venados y Lobos BUAP. Después tuvo su oportunidad en los felinos, pero al no rendir lo esperado se fue al Atlas donde se consolidó como una gran figura; ahora, en América se espera una mayor explosión tanto en ese club como en la Selección Mexicana.
Julián será el naturalizado número 16 que recibe la oportunidad en el Tricolor; el primero fue el peruano Julio Lores, que disputó seis juegos de 1936 a 1938; mientras que el último fue el argentino Rogelio Funes Mori, quien asistió al Mundial de Qatar 2022 con muy pocos minutos.
Otros naturalizados que disputaron una Copa del Mundo con México fueron el argentino Guillermo Franco, en el Mundial de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010; el brasileño Antonio Naelson Sinha, quien también fue al de 2006; el argentino Gabriel Caballero, quien asistió a Corea-Japón 2002; además del cubano Jorge Romo, que estuvo en 1950, 1954 y 1958; y finalmente el español Carlos Blanco Castañón, quien fue seleccionado para Suiza 1954 y Suecia 1958.
Ninguno, al final del día, marcó una gran diferencia, algo que se espera, sí pase con Julián.
Objetivos cautos
Y mientras se espera el llamado de Quiñones, ayer se dio a conocer el objetivo primordial para la Selección que comanda Jaime Lozano: terminar entre los ocho mejores equipos en la Copa del Mundo de 2026, de la que México será uno de los anfitriones. Sí, a grandes rasgos se trata de la misma meta de los últimos procesos cuando se mencionaba el quinto partido; sin embargo, con 48 competidores y más fases por definir, el Tricolor deberá jugar al menos una ronda más para cumplir con dicho propósito.
Además, tampoco se trata de un objetivo que no se haya logrado antes en la historia de la selección mexicana. Precisamente, en los dos Mundiales que ha jugado como local, tanto en 1970 como en 1986, logró colocarse entre los mejores ocho equipos del orbe.
El otro objetivo prioritario en este proceso es alcanzar las semifinales en la Copa América. Una meta que puede ser compleja si se considera que en 2011 y 2015 México no pasó de la fase de grupos, y en 2016 fue goleado 7-0 por Chile en cuartos; sin embargo, su mejor participación fueron las finales de 1993 y 2001.
MGC