Gabriela Deyanira Martínez García forma parte importante en la historia del futbol americano en México. Es la primera mujer coach en Liga Mayor, en el staff de los Borregos Salvajes del Tec de Monterrey y la primera en ganar un campeonato, con la victoria en la última temporada en ONEFA.
Adentrada en el futbol americano gracias a su hermano, Gaby ha crecido con el futbol americano al igual que muchas mujeres. Fue él quien la invitó a comenzar como árbitro, imponer el orden en el emparrillado y a conocer más de este mundo. “Nunca estuvo en mis objetivos el ser coach, pero sí tuve preparación en categorías infantiles y juveniles para desempeñar este rol”, reconoció en entrevista con MILENIO-La Afición Gabriela, quien todavía sigue preparándose como oficial.
La oportunidad de entrenar
Fue hace un año y medio que se le presentó el primer paso para hacer un cambio de arbitraje a coacheo. Durante una plática de amigos con el coach Carlos Altamirano, salió el tema de las mujeres en la NFL y le preguntó por qué no había una mujer en los Borregos Salvajes. La idea no le desagradó al entrenador en jefe.
“Me preguntó: ‘¿por qué tú no?’. Yo iba a irme a Inglaterra, pero me movió la posibilidad de que se diera ese paso histórico, la oportunidad para una mujer… sea yo u otra, pero el hecho era que sucediera. Vi la posibilidad, pero no podía cambiar mis planes en ese momento”, reconoció.
El coach le dijo que si regresaba, que la esperaba. Y así pasó. Tras volver de Inglaterra, volvió a Monterrey y fue a buscar a Altamirano. “Le dije que no era coach, pero me dijo que tengo los conocimientos de futbol americano, que podía ayudar bastante. Sabía que no tenía la misma preparación que el resto del staff, pero que si estaban de acuerdo y sentían que podía aportar, adelante”.
El reto fue adaptarse
Y asumió el reto, a sabiendas que el futbol americano es un deporte complejo, incluso dependiendo desde qué lente se mire. Porque una cosa es la perspectiva del arbitraje y otra la de los entrenamientos. “El reto fue el demostrar por qué estaba ahí, no que era una chica que le gusta la NFL, que iba pasando por ahí y que se la trajeron”, apuntó.
Jugadores y staff la aceptaron de inmediato. Profesionales, muchos le ofrecieron apoyo ante cualquier circunstancia y fueron profesionales, siempre dirigiéndose a ella como coach: “Fue de mi agrado, y no porque dé estatus (que te digan coach), sino por el hecho de que me hayan reconocido como coach fue algo que me dio mucha seguridad para seguir aprendiendo y demostrar el por qué se me dio la oportunidad”.
Su aprendizaje fue completo. Fue acomodada en la línea ofensiva y reconoció que fue un reto, al conocer solo lo básico desde el punto de vista del arbitraje, pero no sobre el trabajo de un liniero ofensivo, sus llamadas en las jugadas y entrenamientos, por lo que aprendió el sistema rápido, observó videos, investigó e internet y no dudó en preguntar.
“El coach Aguirre, titular de la unidad de línea ofensiva, siempre estuvo atento, aún con sus ocupaciones. Quiso que su compañera de unidad estuviera siempre en el mejor nivel para sacar la temporada adelante… y así fue”.
Orgullosa campeona
En noviembre, los Borregos Salvajes derrotaron a los Auténticos Tigres en la llamada final regia, con lo que se proclamaron campeones de Liga Mayor. Gabriela hizo historia como parte de ese equipo y, al igual que todos los integrantes del programa, alzó el trofeo.
“Tener la oportunidad de ser la primera coach, tener el campeonato… fue la combinación perfecta”, admitió. “Todo esfuerzo y sacrificio valió la pena. Vi a los jugadores realizados, ganarle al rival por tradición, en su estadio… todo lo que trabajamos desde primavera en pretemporada, respiré y me sentí como en las películas, todo felicidad. Decir: ‘soy parte de esto’. ¡Qué mejor que terminar la temporada con este campeonato!”.
Y en este sentido, ella confía en que no falta mucho para que sea común ver a más mujeres en los emparrillados, en todos los niveles. La mentalidad está cambiando para bien: “Se requiere de gente que sea valiente, gente que se atreva a hacer algo diferente. Me tocó la fortuna de tener en ese momento de mi vida al coach Altamirano, que vio en mí a un elemento que podía aportar. Se necesitan valientes que hagan caso omiso al género y vean por las capacidades, habilidades y conocimiento”.
Su futuro
Por ahora, piensa volver a enfocarse en el arbitraje. Sigue preparándose para cumplir el sueño de estar en la División I de NCAA, en el futbol americano colegial de Estados Unidos. “La parte de ser coach en Liga Mayor pasa a segundo plano. Ha sido una experiencia extraordinaria, me ha servido bastante para ver cómo opera un programa de futbol americano, pero lo mío es el arbitraje. El coach lo sabe, me dejó las puertas abiertas y quiero buscar un lugar en NCAA”.
Ayudará en LFA
La Liga de Futbol Americana Profesional la invitó a ser supervisora de la región norte, en donde ayudará en la repetición instantánea y a supervisar el desempeño de los oficiales.
Galardonada
A mediados de febrero, se le otorgó el premio Mujeres Tec en la categoría de Deporte y Gestión Deportiva. Siempre se preguntó qué se sentiría conseguir un reconocimiento así.
FCM