Pocos jugadores en la historia del futbol mexicano han tenido la trascendencia de Jorge Campos. Sí, el mítico portero que fue titular de la Selección Nacional en los Mundiales de 1994 y 1998 impuso un estilo gracias a su talento innato, carisma, liderazgo y, por supuesto, el desenfado en la vestimenta. El Campos futbolista fue colorido de manera literal: espectacular en sus atajadas y llamativo en los uniformes.
Vigente gracias a las transmisiones de los partidos del Tricolor por TV Azteca –cadena de la que es analista desde hace varios años–, Jorge es una de esas voces que se tiene que escuchar de cara a una Copa del Mundo. La experiencia como futbolista, después como integrante de un cuerpo técnico (en el Mundial 2006) y ahora detrás de los micrófonos, le dan un panorama amplio de lo que sucede.
Y sí, Jorge Campos en este momento, cuando el entorno ve con pesimismo todo el proyecto de Gerardo Martino, quien se siente el enemigo número uno de México, aboga por el apoyo hacia el timonel nacional; incluso vaticina que, como mínimo, el equipo del Tata llegará a los octavos de final, tal como ha sido en las últimos siete ediciones.
“Yo creo que sí (se superará la ronda de grupos); siempre hemos avanzado a la siguiente fase, lo que nos ha faltado es algo que esperamos que este Mundial se dé y que lo encuentre el profesor Martino, porque creo que es muy importante el apoyo que le demos al profesor para que encuentre ese equipo que dé ese salto que falta”, dijo Jorge Campos a MILENIO-La Afición.
El sueño del quinto partido
Jorge fue parte de la generación que comenzó con el sueño de llegar al tan mentado quinto partido –cuartos de final– en una Copa del Mundo. En Estados Unidos 94 fue protagonista en esa tanda de penales, donde atajó uno, que dejó fuera al Tricolor ante Bulgaria; en Francia 98 hizo un gran juego contra Alemania, pero de nada sirvió con la voltereta teutona; en Corea-Japón, como tercer portero, se resignó a ver desde la banca como Estados Unidos le propinaba la peor derrota en su historia al conjunto mexicano. Y en Alemania 2006, como auxiliar de La Volpe, quedó estupefacto ante la volea de Maxi Rodríguez que terminó con el sueño, una vez más.
Desde entonces ha visto detrás del micrófono como la historia se repitió en 2014 y 2018. Ahora, prefiere ver con optimismo lo que puede pasar en Qatar 2022.
“Yo veo bien el trabajo, la verdad que siempre volvemos a lo mismo. Estamos ilusionados, yo creo que hay que esperar a que llegue el Mundial, se han hecho buenas cosas, se dio la calificación y en estos momentos lo importante es hacer la pretemporada y esperar el Mundial; creo que el torneo es muy corto y son seis partidos u ocho partidos, los que tú quieras, no antes de llegar a la fase final, y si llegas en buen momento, el Mundial se te da”.
Eso sí, de los temas espinosos; como la no convocatoria de Javier Hernández, quien ante la falta de gol de la Selección sería una buena opción, o la reciente polémica del caso de Alejandro Zendejas, que el propio Martino calificó como “extorsión”; Campos es políticamente correcto: “Es muy difícil meterme en cosas que no sé, no entiendo, no estoy informado y no me gusta hablar”.
Dani Alves, un modelo para Pumas
De todos los equipos en los que militó Jorge Campos siempre se le recordará con Pumas, club el que debutó y se hizo figura. Sobre la situación actual del cuadro de Universidad, que pese a la contratación de un fichaje estelar como el de Dani Alves, está muy cerca de consumar un fracaso, Campos afirma que el brasileño dejará algo más para los canteranos.
“Tener jugadores de la talla de Dani siempre va a ser especial, ese tipo de jugadores que pueden enseñarle algo a los jóvenes de toda esa experiencia que ellos tienen de otro futbol, creo que es un jugador que puede aportar mucho a los jóvenes. Hoy en día necesitamos más jóvenes que tengan ese jugador modelo”.
Eso sí, no descarta una clasificación de última hora: “algunas cosas no salieron como se esperaban, pero el futbol así es, dos o tres partidos que ganes te pones al frente”.
Sí, aún en el retiro Campos ataja polémicas y prefiere sonreír ante la incertidumbre.
FCM