Los partidos entre Pumas y América siempre han sido juegos de mucha pasión, para los seguidores de ambos equipos es uno de los partidos más esperados por la gran rivalidad que existe entre ambos.
Esa animadversión que sienten uno por otro llevó a generar tiempos de poca tolerancia, pues hubo una época en la que no se podían ver ni en pintura.
A lo largo de la historia, varios jugadores de Pumas pasaron al América, pero también hubo algunos casos opuestos, uno de ellos fue el de Raúl el Bala Salinas, quien incluso fue encarado por aficionados de Pumas al final de un entrenamiento.
Al canterano americanista no lo querían en CU y se lo hicieron sentir casi desde el primer día, pero es que todo fue más allá pues la intimidación que sufrió lo llevó a tener que contar con seguridad privada y en ocasiones a salir en la cajuela del auto de algún compañero.
Fue en 2006 cuando Raúl salió de Coapa con rumbo a Ciudad Universitaria, la directiva azulcrema le manejó sus opciones entre las que se encontraban San Luis, Santos y Pumas; como su salida solo sería a préstamo por seis meses optó por no salir de la Ciudad de México y porque Universidad Nacional jugaría la Copa Libertadores, algo que le sedujo en demasía, pero no imaginó el impacto de su decisión.
Después de un juego amistoso contra el Atlético Mexiquense, un grupo de aficionados universitarios se hizo presente y al final del juego donde incluso llegaron a darle algunas patadas, la situación se puso tensa y tuvo que intervenir el entonces entrenador Miguel España y el capitán Joaquín Beltrán.
Perro ahí no paró, porque el radicalismo de los aficionados los llevó a ir a entrenamientos y a algunos jugadores les pedían que mostraran las cajuelas de sus autos para ver si no lo llevaban escondido. La preocupación fue tal que el club le tuvo que poner escoltas al jugador por cerca de dos meses, para llevarlo de su casa al entrenamiento y viceversa.
Incluso, cuando el equipo entrenaba en Cancha 2, mientras todos los jugadores hacían el recorrido caminando, él tenía que salir por otra puerta y bajar en camioneta blindada al estadio.
Al final, Salinas se fue de Pumas en una decisión que fue lo mejor para él y su entorno, y ha dicho que no le guarda rencor a la afición de Universidad, aunque esos días fueron más álgidos que una mera anécdota.
AGB