Santigo Giménez es el verdadero legado en la carrera del Chaco, su obra maestra
Hay tres sueños incomparables para un futbolista que llega a primera división: ser campeón con su club, emigrar a Europa y jugar un Mundial; irónicamente, Chaco Giménez no cumplió ninguno de ellos en dos décadas de una magnífica carrera, pero su hijo está a punto de completarlos con tan solo 21 años de edad.
Así es la vida de un padre, dejarlo todo para que sus hijos tengan mejores oportunidades y el hecho de que Santiago Giménez llevará su apellido a donde Christian nunca pudo, seguramente lo llenará de un orgullo más especial, que si él mismo hubiera firmado con el Feyenoord hace 15 años.
O que si hubiera jugado un Mundial, porque no hay dudas de que tenía la calidad para hacerlo, es más, en su momento probablemente se lo merecía más de lo que Santiago se lo merece ahora, y si el futbol no le dio la oportunidad, fue porque la naturalización le llegó tarde, pero el Chaco es uno de los mejores volantes ofensivos en la historia del futbol mexicano.
Honestamente no tengo idea de si alguna vez tuvo una oferta para irse a Europa, pero no me extrañaría que hayan tocado a su puerta después de la cátedra que dio como líder del Pachuca campeón de la Copa Sudamericana en el 2006, la mejor expresión de un hombre que era cien por ciento carácter y cien por ciento calidad.
Los tiempos cambian y por eso la pelota lo está recompensando con el viaje de Santiago, ahora que hay un camino bien trazado desde la Liga Mx hacia la Eredivisie, gracias al éxito de sus paisanos Salcido, Guardado, Rodríguez, Lozano, Corona, Moreno, Álvarez y Gutiérrez. Muchas de ellos contemporáneos de su padre, que también tienen su parte en esta historia de alegría.
Luego está Cruz Azul y ahí no hay mucha justicia de por qué Santiago sí pudo ser campeón en el club de sus amores y un histórico como Christian, no, pero estoy seguro de que si el padre hubiera podido elegir, habría cedido ese privilegio a su hijo sin pensarlo, porque al final ¿qué son los logros de un niño, sino los logros mismos del corazón de se papá? El título del 2021 es de toda la familia Giménez.
Santigo Giménez es el verdadero legado en la carrera del Chaco, su obra maestra, el propósito de por qué sudaba más que nadie en cada partido y de por qué siempre era el último en salir de los entrenamientos, no sólo quería ganar, más importante aún, le estaba enseñando a su hijo a amar el futbol como lo hacen los verdaderos profesionales. Santiago aprendió la lección.
Quienes tenemos el gusto de conocer personalmente a Chaco Giménez, entendemos claramente qué tipo de persona es y cómo es que Santiago tiene todo el respaldo que un futbolista necesita para triunfar, sólo falta que sea tan bueno en la cancha como era su padre para que la rompa en Europa.
Por encima del Mundial y del Feyenoord, la vida ya les dio la mayor de las recompensas el 13 de noviembre del 2016, cuando vistieron juntos por primera vez la camiseta del Cruz Azul. Esa tarde de amistoso en Houston, Santiago se fracturó la clavícula a los cinco minutos de debutar y Chaco Giménez falló el penal que había producido su hijo en el accidente, pero ¡a quién le importa! Ni eso puede opacar el que, corrijo, debe ser el máximo sueño de un futbolista, jugar con su hijo.